viernes, 16 de septiembre de 2011

EMOCIONES AUTISTAS


Me parece muy interesante la lectura de un artículo publicado (en inglés en el original) por Temple Grandin en respuesta al  algunas afirmaciones que aparecen el último capítulo del libro "Autismo y Síndrome de Asperger" (libro editado por Uta Frith) escrito por Francesca Happé, que posteriormente os transcribo, tras presentaros a su autora:


Biografía de Temple Grandin
-Temple Grandin (nacida el 29 de agosto de 1947 en Boston -Massachusetts), es ingeniera agrónoma y profesora de la Universidad Estatal de Colorado. Es una prolífica escritora de libros relacionados con el autismo y sobre sus propias experiencias en relación a este trastorno.

-Grandin recibió el diagnóstico de autista en 1950 y, tal vez en parte debido al decidido soporte recibido por su madre (poco habitual en aquellos tiempos en casos tan tempranos y manifiestos de autismo), empezó a hablar y mostrar señales de progreso a la edad de cuatro años. En la década de los 60, y tras sus estudios generales, asistió a la universidad para finalmente graduarse con un doctorado en ingeniería agrónoma (animal science PhD).

-Temple Grandin alcanzó gran popularidad tras ser descrita por Oliver Sacks en su libro Un Antropólogo en Marte, siendo el título del libro la forma en que Grandin describe la forma en que se siente viviendo en un mundo de neurotípicos.

-Grandin es una de las defensoras de los animales más célebres del planeta, ha revolucionado los sistemas de estabulación y desplazamiento animal y ha encabezado la reforma en pro de la calidad de vida de la ganadería. Se la considera líder filosófica tanto del movimiento de defensa de la calidad de vida de los animales como del movimiento de defensa de los derechos de los autistas.

Ya os dejo con el texto en cuestión, traducido al español por: Jimena Drake y Ana González Carbajal

“Se ha publicado recientemente un libro titulado Autismo y Síndrome de Asperger. El síndrome de Asperger es un autismo de alto funcionamiento, en el que la persona tiene un desarrollo del lenguaje normal o cercano a la normalidad. El libro está editado por Uta Frith y tiene muchos capítulos interesantes. Incluye la primera traducción al inglés del manuscrito original de Asperger, un escrito fascinante. Sin embargo, me siento enojada a causa del último capítulo, firmado por Francesca Happé. En él analiza mi libro y mis escritos, los de David Medzianik y las cartas de un autista llamado Barry. Estoy molesta por este pasaje: Es interesante, sin embargo, su evidente (refiriéndose a mí) falta de interés en las emociones propias y ajenas —y esto debería ser una llamada de atención acerca de cómo estos autistas escritores, o no están interesados, o no son capaces de escribir sobre aquellos temas sobre los que queremos escuchar sus experiencias—.
Definitivamente yo tengo emociones. Cuando era pequeña y otros niños se burlaban de mí, me sentía herida y enojada. Happé cuestiona la exactitud de los hechos relatados en mi libro porque lo hice con un co-autor. Esto me molesta. No le permití al co-autor cambiar los hechos y Happé cuestiona aquellos hechos que no están de acuerdo con su teoría. Yo me siento muy satisfecha con mi carrera como diseñadora de equipos para ganado. Cuando una creación mía complace a un cliente, yo me siento feliz. Jack, un afinador de pianos autista, coincide: Para mí es importante complacer a la gente (Dewey,1991).
Si algún proyecto mío finalmente no funciona, o si un cliente me critica injustamente, me siento deprimida y molesta. Jack tiene la misma sensibilidad frente a la crítica. Él dice: Si tuviera éxito (refiriéndose a la composición musical) podrían hacerme algunos comentarios muy sarcásticos, y eso me resultaría aplastante dada mi reacción frente a las críticas (Dewey, 1991). Siento gran satisfacción emocional cuando realizo cosas valiosas para la sociedad. Mi trabajo en equipos para ganado también ayudó a mejorar el trato hacia los animales en los EEUU. También me complace ayudar a otras personas con autismo y a sus familias. Me hace sentir bien poder usar mi habilidad para visualizar cuando debo resolver problemas. Es divertido ejercitar mi corteza cerebral con problemas interesantes. He observado que mis amigos no autistas, ingenieros, también encuentran placentero el uso intelectual del cerebro. Muchos científicos e ingenieros dan más valor al intelecto que a las emociones.
Me he puesto muy triste por la muerte de seres queridos. Y puedo llorar viendo películas dramáticas. Si veo a alguien maltratar a un animal, me siento disgustada o furiosa. Hay algunas áreas en las que mis emociones pueden ser diferentes. No me asusto ni me horrorizo fácilmente. Si veo algo desagradable, eso no me asusta aunque si me enoja. Otra diferencia es que mis decisiones se guían por el razonamiento y no por los sentimientos. Tengo reputación en mi trabajo con la ganadería por mi objetividad. Puedo dar una evaluación objetiva del trabajo de otro científico aunque lo odie como persona; he observado que a muchas personas les cuesta hacer esto. Yo puedo dejar a un lado el disgusto que me provoca alguien y apreciar su trabajo sin que el disgusto personal se entrometa en mi juicio.
Hablando con otros, he notado que cuando recuerdan hechos traumáticos muchas veces la emoción los agobia. A mí raramente me perturban los recuerdos emotivos. Las únicas excepciones son la muerte de mi tía y la de Rom Rohrer, quien me ayudó al inicio de mi carrera. Puedo llorar al recordar sus muertes, pero tampoco me agobio. Cuando tengo emociones fuertes, éstas son poderosas mientras las estoy experimentando, pero no dejan una gran huella en mi cerebro. No tengo subconsciente o recuerdos reprimidos. Tengo acceso a todos mis recuerdos, y ninguno se encuentra reprimido por tener una gran carga emocional.


Empatía
Hay otro pasaje del capítulo de Happé que me provocó enojo. Una explicación del paralelismo que Temple hace entre los hombres y los animales, puede estar en que ella ignora o no tiene en cuenta la importancia emocional de nuestra vida afectiva. Happé se refiere a un escrito en el que discutí la neurología y fisiología del sistema nervioso. Muchos neurólogos y fisiólogos relacionan los datos entre humanos y animales. También declara ella que transgredí las barreras usuales entre nosotros y los animales. Uno de los motivos por los que no hago una distinción de blanco o negro, es que soy una pensadora visual. Las investigaciones sobre conductas animales concluyen que ellos son también pensadores visuales. Yo no pienso en palabras. Sólo pienso en imágenes.
Mi éxito en el diseño de equipos para ganado se debe a que puedo imaginarme como un animal, imaginarme con el cuerpo y los sentidos de un animal. Soy capaz de visualizarme como el animal que está dentro de los equipos que diseño. Este vídeo es completo, con tacto, olfato, sonidos e imágenes. Puedo ver este video desde dos perspectivas: tanto a mí misma viendo al animal como desde dentro del animal, viendo a través de sus ojos. Muchas equipos usados en mataderos tienen un pobre rendimiento porque sus diseñadores no pensaron en qué pasaría cuando el cuerpo del animal tuviera contacto con ellos. También puedo imaginar cómo se sentirá el animal. Él no sabe que van a matarlo. Puedo saber cómo se siente el animal porque no permito que mis sentimientos nublen la imagen.
Cuando el ganado va por uno de mis equipos en una planta de engorde o en un frigorífico, y los animales están tranquilos y no sienten dolor o incomodidad, tengo sentimientos agradables. Me pongo molesta si ellos se agitan o están excitados. Recientemente diseñé una nueva máquina para contener al ganado durante la matanza. Funciona con un sistema hidráulico. Después de alguna práctica aprendí a manejar los controles para que los animales fueran sujetados suavemente. Me dio un sentimiento de paz el ver a los animales tranquilos. Operar los dispositivos de un modo suave es un acto de generosidad, y una persona debe amar al ganado para manejarlo humanamente. Muchas personas que aman a los animales tienen tantos sentimientos negativos cuando están en un matadero que sus emociones interfieren con una auténtica empatía con el ganado. Cuando yo manejo el equipo me concentro en sostener con delicadeza al animal y tengo cuidado de no apretarlo demasiado. Quiero que se sienta lo más cómodo posible hasta el último instante de su vida. Como quien trabaja en un hospital. Al pensar esta experiencia, reproduciéndola en mi video mental, me siento bien.
Instinto Social
Al discutir sobre los sentimientos autistas debemos separar los problemas de interacción social de las emociones. Las personas con autismo desean el contacto afectivo con otros pero se encuentran bloqueados frente al intercambio social complejo. Una ventaja que tienen los animales es que ellos no deben aprender complicadas reglas sociales. Asperger (1952) dijo que los niños normales adquieren instintivamente las habilidades sociales. En las personas con autismo La adaptación social debe proceder por la vía del intelecto. En efecto, ellos aprenden todo con el razonamiento (Asperger, 1952). Jim, un autista de 27 años, graduado, dice algo similar: que las personas con autismo carecen del instinto básico para desarrollar naturalmente el proceso de la comunicación (Cesaroni and Garber, 1991).
Tuve que aprender las reglas sociales usando mi intelecto. Era como un visitante de otro planeta que debía aprender los extraños modales del nuevo mundo. Tomé decisiones sociales usando un razonamiento lógico. El recuerdo de situaciones anteriores también participa de la ecuación. La experiencia me enseñó que hay conductas que molestan a los otros. A veces mi decisiones son equivocadas porque están basadas en datos insuficientes. A menudo comparo las relaciones sociales con noticias que he leído sobre diplomacia internacional. Por ejemplo, la pelea entre Dick y Jane era como la de dos países que luchaban por derechos comerciales. Comparo las experiencias de mi biblioteca de recuerdos con una situación que estoy viviendo en el presente. Entonces toma una decisión lógica basada en toda la información disponible. A los 44 años tengo un gran banco de datos y soy capaz de determinar lógicamente cuáles personas tienen buenas intenciones y cuáles muy malas intenciones. Esto es algo que todas las personas con autismo deben aprender. En el trato comercial soy muy buena deduciendo las intenciones de la otra persona.
Las interacciones sociales están demasiado complicadas por los problemas psicológicos que una persona autista tiene con los cambios de atención. Los autistas necesitan mucho más tiempo para cambiar su atención entre su auditorio y el estímulo visual (Courchesne, 1991, conversación personal). Esto dificulta el seguimiento de los rápidos intercambios en las relaciones sociales complejas. Tienen problemas con las frases largas, que conllevan excesiva información durante la interacción social. Algo de este problema pudo ser la razón por la cual Jack dijera: Si me relaciono demasiado con las personas, me pongo nervioso e incómodo (Dewey, 1991).
Cuando Francesca Happé lea esto, probablemente comente: Todavía no habló sobre sus relaciones afectivas con otras personas. Ya he declarado que mi vida emocional es simple y que puse todas mis energías en mi carrera. Mi mayor ambición es lograr dar algo valioso a la sociedad. Happé (1991) escribe: En conclusión, David parece, por sus escritos, el menos autista de nuestros tres autores. En otra página escribe. Él (David) muestra un grado de comprensión social ni siquiera visto en los trabajos editados por Temple. Ciertamente, él escribe sobre cosas consideradas más normales, como las mujeres; pero él está solo y escribe: Vivir es más o menos como un taladro constante (Miedzianik, 1986). No trabaja y desea algo que nunca podrá conseguir.
Hablé hace poco tiempo con la hermana de un inteligente mecánico que tiene autismo. Él se ha casado cinco veces. Cuatro de las mujeres le robaron su dinero. También hablé con mujeres con autismo de alto funcionamiento que fueron violadas porque no comprendieron las sutilezas del peligro. Hay muy pocas personas con autismo que tuvieron matrimonios exitosos. Muchos se casan con personas excéntricas o con alguna discapacidad (Newson, 1982). Muchos autistas eligen el celibato, que les evita problemas complicados y molestos. Esa es la elección que hice yo. Dejé a un lado lo más difícil simplemente para aprender los intercambios sociales. Mi vida social se mueve alrededor de mis intereses en la ingeniería, el ganado y el autismo. Muchos autistas bien adaptados han optado por el mismo estilo de vida. Kanner (1972), habló de cómo los autistas usan sus obsesiones e intereses especiales para abrir la puerta de su vida social. Llegan a ser reconocidos por sus aportes a la química, la astronomía, la enseñanza, etc.
No creo que la Dra. Happé comprenda las emociones apasionadas que los ingenieros o los científicos tienen cuando descubren o inventan algo nuevo. Amo también este aspecto de mi profesión. He llorado al leer un hermoso pasaje en una revista de ingeniería, cuando un científico describe sus sentimientos: Examinando la historia registrada y aún a través de la niebla de milenios más tempranos, percibimos una pasión por el descubrimiento y la invención (Florman, 1991). Le recomiendo a la Dra. Happé que lea escritos de científicos e ingenieros no-autistas. Si lo hiciera, encontraría menos extraños los sentimientos autistas”.





2 comentarios :

  1. Hola MAR, bello e interesante artículo el de Temple, una gran mujer. Gracias por difuindirlo. Cariños. Carmen

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  2. Gracias Carmen, después de leerlo no quería quedármelo sólo para mi. Considero que es importante romper "estigmas" y sus palabras pueden aportar un granito de arena en este sentido. ¡¡ Cómo no difundirlo !! y hacer con ella mi pequeña aportación, en este sentido.

    Besos

    Mar

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