sábado, 26 de mayo de 2012

Criadas y Señoras

                   

 
                          
                                  La  Película                                                  El  Libro    

  
En esta ocasión quiero invitaros a ver una película (o leer el libro) que habla de la lucha de unas mujeres por cambiar la realidad en la que vivían. Os la recomiendo.



Esta es la descripción de la película:

La acción se sitúa en 1.962, en Mississippi.
Skeeter es una joven de 22 años, de la sociedad sureña que regresa de la universidad decidida a convertirse en escritora, pero que revoluciona la vida de sus amigos -y la de su pequeña ciudad- cuando se propone entrevistar a las mujeres negras que han pasado su vida cuidando a importantes familias de la zona pero sufriendo discriminación racial.


                                                                                         

Es una película que me ha resultado conmovedora, por sus personajes y las historias de éstos. Los personajes principales son la joven escritora, que rechaza el trato de segregación racial que sufren las mujeres negras en su sociedad, así como el ser una mujer que ha de callar, y no expresar cuanto siente y piensa, pues se considera una persona que tiene mucho que expresar y aportar, que no traga los introyectos asociados a la mujer de su época (sea blanca o negra), ni los que se daban a nivel social, ni los que su madre intentaba imponerle.

La protagonista nos habla de una persona que no se conforma con lo dado a nivel social y familiar, y no huye de los conflictos, sino que encuentra los recursos emocionales y el sostén propio y de los otros significativos para hacer alienaciones e identificaciones, eligiendo a qué le dice sí y no: tomando las riendas de su propia vida y el camino que elige construirse a través de sus elecciones.

Refleja la lucha por cambiar algo que provoca odios y dolor, por construir un mundo más justo, por unos derechos como personas, eliminando diferencias raciales, sin rendirse ante el miedo a lo que ésto llevará y ante lo que tendrán que enfrentarse.

En esta película, aunque no es la temática principal, aparecen escenas en las que los duelos por los hijos perdidos (incluidos los que venían en camino, y que se pierden durante su gestación), dejan huella en estas madres, y se convierten en un motivo de cambio, cuando dejan de guardarse como un secreto, se habla de ellos, y se le consigue dar a éstos, un sitio especial para la mujer (y su pareja; e incluso para los que reconocen a nivel el valor que tienen estas pérdidas para quiénes las sufren). Me ha gustado ver la sensibilidad de una madre, que hace una cajita para sus bebitos perdidos, las pone en su jardín, y les planta con un arbolito que siga creciendo a modo simbólico (como lo hubiera hecho su fetito su no hubiera fallecido) y el efecto de hablar, no guardar en secreto estas pérdidas y poder compartirlas.

                                                              
Igualmente destaca el papel que la autoestima tiene en las personas. Recuerdo esa frase que le dice una de las protagonistas criada negra a "su niña" blanca a la que cuida: "no olvides lo que te he dicho: tú eres inteligente, tú eres guapa y tú eres importante". Destaca la importancia del amor, los gestos de cariño, tomar a los hijos en brazos, hacerles sentirse valorados por parte de las figuras maternales (padre o madre, añado yo), frente a una ausencia emocional y una existencia normativa exclusiva en el hogar parental. Hace ver cómo cuando una persona, recibe este trato amoroso, siente el aprecio de las personas que le quieren, puede llegar a desarrollar/sentir un sentido de autorespeto,  llevándole a encontrar la fuerza para enfrentarse a situaciones de violencia y decir un NO fuerte a ésta, no permitiendo más que le agredan (como en el caso de las terapias que se realizan con una mujer víctima violencia de género).

                                                                             
                                                                                    


... Me ha encantado la movilización de los personajes, cómo hacen y no se quedan en el intentarlo sólo, la lucha de éstas mujeres, el mensaje que nos transmiten. Cómo el de que el cambio empieza por una/o misma/o influenciando a quiénes están en el campo emocional-personal de esta persona, las reflexiones que provoca en esos otros,  e incluso llegando finalmente a un cambio social, junto con el aprendizaje a nivel emocional (el desarrollo personal que vivencian), en principio individual, y a la larga de toda una sociedad. Me ha emocionado, ver cómo los personajes que conforman esta historia basada en experiencias reales de un tiempo cercano (sólo 5 décadas nos distancian), recorren este camino del cambio (afrontando sus propios miedos, formas de pensar-reaccionar automáticas, obsoletas y que ya no les sirven para conseguir lo que necesitan).


                           
  
Hay un mensaje que la cuidadora negra de la protagonista escritora, le dice a ésta: "cada día que amanecemos tenemos que tomar decisiones, hasta el último día, el de nuestra muerte, ¿vas a estar creyéndote cada día lo que te dicen personas que no te conocen, a las que no les importas?, o su "la belleza no está en el exterior, sino en lo que cada uno llevamos dentro", junto con el hacer sentir confianza en uno mismo, y potenciar las "varillas de acero" (las creencias positivas sinceras), que vemos en cada niño. Me he quedado con una frase que dice, algo así como:  "Yo creo en ti, tú  eres diferente, vas a hacer mucho, sino démosle tiempo al tiempo".

               

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Si estás interesado en consultar más información sobre Apego, Embarazo, Parto, Puerperio, Crianza, Maternidad-Paternidad, Duelo gestacional y perinatal, y Reproducción Asistida, puedes hacerlo visitando mi nuevo Blog "Psicología Perinatal. Mar García Bernabeu", con nuevos artículos publicados sobre estas temáticas.
                                                 

lunes, 21 de mayo de 2012

EMOCIONES DESDE EL ÚTERO (Segunda Parte)



                                                                         

Os escribo este segundo post para continuar la primera parte del artículo con igual título, de La Vanguardia (5 de Mayo de 2012), que os nombraba en la anterior entrada del Blog de Centro de Psicología Gestalt.

En él pasan a hablar del momento del Parto, del período perinatal y de cómo el llanto del bebé refleja su primer temperamento que ya se ha ido formando a través de las influencias que ha recibido en su gestación, de cómo el llanto del bebé ya contiene las características propias del idioma de los padres, o cómo los primeros 7 años del niño forman su carácter, la base emocional y de su personalidad, y habrá tenido vivencias que dejarán huella en su futura vida como adulto.


El parto también estresa

También el cómo venimos a este mundo puede dejarnos huella. Los científicos han visto que las diferentes formas de nacer influyen en nosotros de manera distinta. Se han medido, por ejemplo, los niveles de cortisol en la sangre del cordón umbilical después del parto y es así como se ha descubierto que para el bebé es también un suceso muy estresante.

Para Vivette Glover, la forma menos traumática de nacer es seguramente la cesárea, aunque ello no implica, recalca, que sea la mejor, puesto que los niños que nacen por esta vía se ha visto que son los que más problemas tienen para iniciar la lactancia materna. Lo más traumático para el niño son los partos sumamente medicalizados, en que se usan fórceps o espátula. Y los partos vaginales, que se ha visto que ayudan a los niños a respirar mejor.
“Hay muchos partos de bebés que aún no están maduros. Deberíamos potenciar y apostar por el nacimiento fisiológico. A no ser que sea de extremada urgencia, por complicaciones médicas, el parto jamás debería ser inducido. El bebé debe nacer cuando decide hacerlo”, explica la doula Anna M. Morales. Cuando el parto es completamente natural, apunta esta experta, se desencadena una respuesta hormonal entre la madre y el hijo, que recibe una descarga de noradrenalina. Eso hace que, al nacer, esté en alerta, para reconocer el entorno y a su madre. Es una especie de ritual biológico para conectarse con ella. Entonces se produce la primera toma de leche y luego el pequeño duerme una serie de horas, entra en una especie de periodo letárgico. “La epidural, la cesárea o la oxitocina sintética para estimular las contracciones alteran esa primera respuesta del bebé”, asegura Morales.

En el parto, el padre también tiene un papel esencial. “Comparte con la madre una experiencia muy rica y bonita, y debe procurar que su hijo pueda iniciar la vida desde un punto de vista saludable, permitiendo que se produzca ese diálogo entre madre e hijo”, apunta la psicóloga perinatal Sara Jort. Durante el momento de la dilatación, el padre debe ayudar a la madre a sentirse bien, de manera que esta segregue oxitocina, lo que hará que el parto sea más rápido. Si la mujer tiene miedo o se estresa, hará que segregue la hormona del estrés, que inhibe la oxitocina.


Dime cómo lloras y te diré de dónde eres

Al nacer, no todos los bebés lloran igual. Se han llevado a cabo numerosos estudios y se ha visto que el llanto de los niños contiene las carac­terísticas propias del idioma en que hablan sus padres. Vamos, que un niño chino llora en chino, y uno francés, en francés. Al parecer, el feto es sumamente receptivo a las vibraciones de los sonidos. Percibe las vibraciones de la voz de su madre y también del padre. E incorporan los sonidos propios que oyen durante el embarazo. El bebé es muy sensible a la estimulación auditiva que ha recibido.


La importancia de los primeros años

Los primeros años de vida del niño son determinantes, y van a dejar una huella indeleble sobre él. De sus vivencias tempranas va a depender en buena medida cómo será esa persona de adulto. Por ejemplo, a nivel neurológico, un bebé que llora y que no es atendido se estresa, aumenta el cortisol en su cerebro, que es tóxico, y eso hace que se establezcan más fácilmente conexiones neuronales de ansiedad que en bebés que cuando lloran son reconfortados. Y es que, al nacer, el niño sólo cuenta con un 25% de su cerebro en marcha y las habilidades que posee están limitadas a las que necesita para la supervivencia. Tan sólo durante el primer año se establecen nada menos que cien mil millones de conexiones sinápticas. De ahí que desde diferentes ámbitos de la neurociencia y la psicología, se señale que los siete primeros años de vida son esenciales para el niño, ya que desarrolla los sistemas cognitivos de aprendizaje.



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EMOCIONES DESDE EL ÚTERO (Primera parte)




                                       Foto extraída del Artículo Periodístico de "La Vanguardia"
                                                                            


A continuación os adjunto un artículo sumamente interesante, de La Vanguardia, publicado el 5 de Mayo de este año, cuyo título tomo para esta entrada del Blog. Habla sobre Psicología Perinatal. En él quiero reseñar, la visión que aporta Sara Jort Poveda (Psicóloga Perinatal, profesional con la que tuve oportunidad de compartir Formación como Psicoterapeuta Gestalt en el IFGT) referente a las emociones de la mujer durante el embarazo, la necesidad de trabajar en Políticas de cuidado de la mujer embarazada,durante su gestación, y al papel de la pareja en el momento posterior al parto.                                                                       

El modo en que el bebé se desarrolla en el vientre marcará su vida. Se sabía que el alcohol, el tabaco y una mala alimentación incidían negativamente; ahora la ciencia ha ido más allá y ha descubierto que las emociones de la madre durante el embarazo también desempeñan un papel esencial.

Jorge no deja de llorar. Sus padres, primerizos, están desesperados. Y muy nerviosos. Lo han probado todo. O al menos todo lo que se les ocurre: que si cogerlo, abrazarlo, intentar darle de mamar. La enfermera entra en la habitación del hospital en que están y trata de tranquilizarlos: “Está todo bien. Hay niños más inquietos que otros”, les dice. Pero eso no acalla al pequeño.

El embarazo de Marta, la mamá de Jorge, tampoco ha sido fácil. Al poco de quedarse en estado, se enteró de que su empresa estaba a punto de cerrar e iba a quedarse sin trabajo. Así que se ha pasado los nueve meses en reuniones sindicales, negociaciones y haciendo números en casa. A veces, le entraban ataques de ansiedad e incluso le costaba respirar.

Se sabe que el desarrollo del feto depende, en buena medida, del bienestar de la madre. De si esta practica algo de deporte, sigue una buena alimentación, no toma drogas ni alcohol. Pero, ¿y qué hay de las emociones? ¿Afectan los sentimientos de la madre al niño?.Durante mucho tiempo se creyó que no, que el feto ni sentía ni padecía en el útero de su madre, felizmente protegido por la placenta. No obstante, numerosos estudios científicos realizados en las últimas décadas están poniendo de manifiesto que el estado emocional de la madre durante la gestación va a afectar la salud mental del bebé a largo plazo. Que una madre depresiva, ansiosa o estresada puede influir en el coeficiente intelectual de su hijo y predisponerlo para que tenga más riesgos de padecer problemas tales como la hiperactividad o el síndrome de déficit de atención.


Tomando conciencia

A lo largo del embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta cambios equiparables a los de la adolescencia con la diferencia de que se producen en meses. Tras la concepción, los órganos de la madre emigran a otras regiones, se amontonan unos contra otros para dejar espacio al cigoto, que se desarrolla a velocidad de vértigo con una serie de mecanismos de diferenciación y proliferación celular, y se transforma en un organismo complejo, con tejidos altamente especializados: el bebé.

También aparecen cambios emocionales traducidos en variaciones bioquímicas, ya que las emociones se asocian a la segregación de hormonas particulares. Y aunque no se puede demostrar al ciento por ciento, existen numerosos y potentes indicios de que el desarrollo del bebé en el útero de la madre va a determinar la vida que tendrá de adulto. Y en esto se ha visto que influye la alimentación de la madre, o su estado físico, y también, su salud emocional. “Existen muchos reclamos comerciales que te dicen que el embarazo es una época muy bonita, pero desde un punto de vista estético. Sin embargo, no se hace hincapié en lo humano”, considera Anna Maria Morales, consultora certificada en lactancia y miembro fundador del centro de salud familiar Marenostrum en Barcelona.

“Se empuja a la gente a comprar cosas para el embarazo para estar guapas, para cuidar el cuerpo, pero se informa muy poco acerca de cómo conectar corporal y emocionalmente con el bebé, con la idea de que tienen un niño creciendo dentro y de que sus emociones van a influir en su desarrollo”, prosigue Morales, que es doula, es decir, mujeres que acompañan a otras mujeres durante el embarazo, su labor es dar soporte físico y emocional durante el parto y el puerperio.

Durante los nueves meses de gestación, la mujer pasa por una serie de controles médicos, pero nadie le pregunta cómo está a nivel emocional o qué tal está con su pareja”, se queja Sara Jort, terapeuta Gestalt especializada en psicología perinatal. Sigmund Freud fue el primero en percatarse de la importancia de los sentimientos de las madres; se dio cuenta de que las primeras etapas de la maternidad tenían efectos a largo plazo en la psicología del niño. Y que la educación emocional de los hijos no empezaba cuando estos nacían, sino en el útero.

Hace medio siglo, se comenzaron a realizar estudios con ratas y monos para comprobar si el hecho de que las madres estuvieran altamente estresadas tenía efectos en el desarrollo de las crías. Cuatro décadas después, un equipo de investigadores del Imperial College de Londres, liderado por la psicobióloga Vivette Glover, empezó a indagar sobre la importancia de las emociones en el embarazo. Para ello, llevaron a cabo un estudio con 14.000 mujeres embarazadas. Las monitorizaron durante toda la gestación; se midió su nivel de ansiedad, de estrés y luego, se estudió durante años a los niños que nacieron. Vieron que el 15% de los hijos de las madres más estresadas y ansiosas tenían el doble de riesgo de padecer déficits de atención e hiperactividad. Además, estos niños eran más proclives a ser ansiosos y a tener problemas de conducta. Más adelante, realizaron nuevas investigaciones, esta vez con grupos más reducidos de mujeres, y corroboraron que si la madre está estresada durante el embarazo, su hijo tiene más tendencia a padecer ansiedad. Y esa tendencia es independiente de la las experiencias que tenga el crío al nacer o de las emociones que comparta con su madre después.


Educación emocional desde el útero



¿Los fetos sienten dentro del útero de la madre? Si entendemos por sentir, sentimientos tales como la tristeza, la alegría, la soledad, el miedo, no. Tal como señala el profesor de psicología de la emoción y la motivación de la UNED, Enrique García Fernández-Abascal, el feto carece de la maduración neurológica para tener las emociones que tiene un adulto. “Se requieren al menos tres meses después de nacer para que se desarrollen los tubos neurales necesarios para las emociones”, señala. Sin embargo, lo que sí tienen los fetos son sensaciones. Así, sienten bienestar, placer, saciedad, alarma, sobresalto…
El feto, de alguna manera, percibe las emociones de la madre. Y eso es muy positivo puesto que le da al bebé un abanico de experiencias sensoriales necesarias para enfrentarse a la vida, desde la alegría, hasta la rabia o la tristeza. “Las emociones de la madre son un gran regulador de la fisiología de ella y del bebé. Las que son positivas, por ejemplo, generan una atenuación del sistema cardiovascular y una activación y refuerzo del sistema inmune. Es decir, que cuanto más alegres estamos, más vacunados, de alguna manera, estaremos contra el catarro –comenta Enrique García–. En cambio, cuando nos embargan las emociones negativas, segregamos hormonas tóxicas, el corazón se nos acelera y se deprime el sistema inmune, lo que nos deja más vulnerables ante las enfermedades”.

De ahí que sea esencial que la madre establezca vínculos con el niño desde el primer momento de la concepción. Con un gesto tan habitual en las embarazadas como tocarse la barriga, acariciarse, el feto recibe una experiencia positiva sensorial; conecta con la madre y se produce una respuesta bioquímica de placer, que se traduce en la segregación de hormonas que ayudan a establecer ese vínculo entre ambos.
“Eso no quiere decir que la madre tenga que pasar por el embarazo sin sentir o sintiendo sólo cosas positivas. Hay que sentir felicidad pero también estrés, todo en su justa medida, porque ambas son necesarias. El problema radica en cuando las negativas se cronifican –señala Enrique García, experto en psicología perinatal–. No es malo que la madre se enfade, pero sí que lo esté todo el día, todos los días. La educación emocional del niño empieza en el útero”.


Protección emocional

La placenta funciona como una especie de envoltura protectora. No obstante, estados de emociones negativas continuados pueden afectar su función, sobre todo el estrés. Cuando la madre se encuentra en una situación estresante, se produce en su organismo una cascada bioquímica. Todo empieza en el hipotálamo, que produce una hormona llamada CRH, factor de liberación de corticotropina; ésta le manda a la pituitaria que, a su vez, produce otra hormona, la ACTH o adrenocorticotropa, que ordena a las glándulas suprarrenales que segreguen cortisol. Éste hace que se libere glucosa en sangre, que va hacia los músculos, los dota de energía y los prepara por si es necesario salir pitando o pelear. En realidad, la aparición del estrés es el resultado de una estrategia evolutiva necesaria para enfrentarnos a los peligros de la vida. Si no se liberaran en nuestro organismo todas estas hormonas que nos ponen en alerta, seguramente nos hubiéramos extinguido hace mucho tiempo, quizás devorados por algún animal.

Una vez acaba la situación que producía estrés, el cuerpo recupera los niveles hormonales habituales y el organismo vuelve a su estado normal. La placenta actúa como filtro e impide que el cortisol, que es tóxico, llegue al feto. No obstante, cuando los niveles de esta hormona en la madre son muy elevados, consiguen atravesar esta barrera y disparan la respuesta de alerta en el feto. Puede que también sea una herramienta con que nos ha dotado la evolución para prepararnos para enfrentarnos al mundo exterior con que vamos a tener que lidiar. De manera que si el estrés aparece en momentos concretos, es beneficioso. Sin embargo, cuando las situaciones de estrés son prolongadas, aparecen los problemas de manera más marcada. Si la madre está sumamente estresada, el bebé recibe el mensaje de que deberá hacer frente a un entorno peligroso. Eso los hace mucho más prontos a reaccionar; suelen ser niños más susceptibles a llorar, a estresarse, a sentir ansiedad.

Asimismo, tal y como el equipo de neurocientíficos del Imperial College de Londres ha comprobado, existen indicios de que niveles altos de cortisol afectan al desarrollo cerebral del bebé durante todo el embarazo. Durante los primeros meses, que es cuando las células cerebrales se mueven hasta hallar su ubicación definitiva, se cree que el cortisol puede llegar a afectar ese movimiento. Si los ataques de ansiedad y estrés suceden en los últimos meses de gestación, se eleva el riesgo de que el niño padezca síndrome de déficit de atención o hiperactividad.

Es más, al parecer, la ansiedad de la madre hace que se reduzca el flujo sanguíneo que le llega al feto, por lo que éste dispone de menos nutrientes para formarse; Vivette Glover afirma que, además, cuanto más alto es el nivel de cortisol en el líquido amniótico que rodea al niño en la placenta, más bajo es luego el coeficiente intelectual del bebé. “Niveles altos de cortisol afectan a cerebro y al aprendizaje”, sentencia esta psicobióloga.

Así pues, podemos ayudar a los niños y futuros adultos teniendo en cuenta la salud emocional de sus madres cuando están embarazadas. Si las podemos ayudar a sentirse menos estresadas, ansiosas o deprimidas, estamos reduciendo el riesgo de que los futuros niños padezcan problemas como síndrome de déficit de atención, dificultades de aprendizaje o hiperactividad. Que, además, indica Glover, son factores de riesgo que pueden convertirse en potenciales problemas de comportamiento. A nivel social, lamenta Sara Jort, psicoterapeuta Gestalt experta en perinatal, el periodo prenatal no está bien protegido por la sociedad, que desconoce la importancia que tiene tanto para la madre como para el recién nacido. “Debería haber políticas que regularan el cuidado de la gestación y los primeros meses de maternidad”, considera Jort. Se trata de prevenir para evitar que los niños tengan trastornos cognitivos, sí, pero sobre todo para conseguir una sociedad más feliz.


ENLACE al artículo:






                            

domingo, 13 de mayo de 2012

CUÁNDO UNA MUJER SUFRE VIOLENCIA DE GÉNERO




                                                            
                                      

 Hace unos meses iniciamos un apartado en el Blog de Centro de Psicología Gestalt dirigido a la Violencia de Género. Con esta nueva entrada quiero continuar en daros a conocer una información vital, para la prevención y detección lo más precoz posible de esta problemática en mujeres de tu entorno que sospechas puedan estar sufriéndola, o si realmente estás dudando si tú misma puedes estar convirtiéndote en una víctima de ésta.


UNA MUJER ES VÍCTIMA DE VIOLENCIA CUANDO...

... Es insultada y despreciada, en solitario o delante de sus hijos, o de otras personas, en ocasiones incluso en la calle delante de desconocidos.

... Se le niega tener dinero, del que se considera propio de la familia.

... Se le impide trabajar o estudiar (para que no avance, no tenga ambiciones de aprender, ni progrese...).

... Se le aleja de su familia y amigos.

... No se le permite salir (como si el otro miembro de la pareja debiera darle permiso para ello, y no fuera libre para decidir por sí misma).

... Se le empuja, hiere, golpea, acuchilla, quema ... (se le hiere físicamente).

... Se le exigé que esté del humor que él desea, olvidando los propios sentimientos de la mujer.

... No se le escucha, ni se tiene en cuenta su opinión.

... Es obligada a mantener relaciones sexuales contra su voluntad.

... Se le culpa de todo lo que ocurre en la casa, en la familia, en la pareja ...

... Se le trata como a una niña pequeña o como a una "inválida".

... Se le exige que sea "adivina" (que conozca los deseos, pensamientos, interpretaciones de su pareja, e incluso que busque satisfacer éstos aún siendo contrarios a los propios deseos de la mujer, y sin llegar a considerar los de ella).


CARACTERÍSTICAS (en general) DE LA MUJER VÍCTIMA DE LA VIOLENCIA (no necesariamente una misma mujer presenta todas estas características, aunque sí un gran número de ellas)

* Miedo a denunciar.
* Sufre depresión. 
* Crisis de ansiedad frecuentes.
* Autoestima baja.
* Dolores de cabeza continuos sin causa física
* Trastornos de la alimentación 
* Se cree CULPABLE de lo que ocurre a su alrededor.
* Se siente incapaz de tomar decisiones
* Siente impotencia para salir de la situación de violencia.


CUANDO SE DEJA DE SER VÍCTIMA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO SE LOGRA...

* Dejar atrás el miedo y el peligro (psíquico/físico de vivir en una relación de éste tipo, para la mujer)
* Valorarse a sí misma
* Recuperar la salud y el equilibrio
* Terminar con los abusos y las humillaciones
* Disponer de tiempo, dinero, deseos, aspiraciones del propio cuerpo y del hogar
* Recobrar la confianza en una misma
* Volver a tener familia y amistades
* Ser independiente y autónoma
* SENTIRSE PERSONA





Hay un aspecto que quiero diferenciar, la violencia de género de la violencia dentro de la pareja. A la primera se le nombra de esta forma para hacer una diferenciación a la hora de referirse a la violencia en la pareja que se ejerce contra la mujer. La violencia dentro de la pareja, engloba cualquier violencia que se da entre dos miembros de una pareja, sea cual sea su sexo, como cita Ismael Loinaz en estas palabras:

“La violencia en la pareja, no es cuestión de género, o al menos, el género (y por extensión la violencia de género) no es único y no puede equivaler a que el hombre sea el agresor y la mujer la víctima. Víctimas y verdugos pueden ser de ambos sexos y este tipo de violencia se da también en relaciones homosexuales.”
                                                                                              Ismael Loinaz (Psicólogo y Criminólogo)


Introduzco este concepto, ya que la violencia tanto física, como psicológica, social, emocional, y/o económica, dentro de la pareja, no es exclusiva del hombre hacia la mujer (sino que puede darse, y se da, también de la mujer hacia el hombre, o entre parejas de homosexuales; aunque existan menos información y noticias en los medios de comunicación que hablen sobre la existencia de este tipo de maltrato), aunque cuando nos referimos especificamente a ésta, se engloba dentro de la terminología "violencia de género".




lunes, 7 de mayo de 2012

EL CONFLICTO




     
          Os acerco una cita del PHG (libro fundacional sobre la Teoría de la Terapia Gestalt, de Perls, Hefferline y Goodman) hablando sobre los CONFLICTOS, invitándoos a la reflexión personal de la misma:
                                                                                                                                              

"Sólo se puede hablar de ACEPTAR algo cuando existe también la tendencia a RECHAZARLO".

Y continua afirmando: "Todo conflicto es, fundamentalmente, un conflicto en los fondos de acción, un conflicto de las necesidades, los deseos, las fascinaciones, las imágenes de uno mismo, los objetivos alucinados; y la función del self es vivirlos hasta el final, sufrir la pérdida, cambiar y modificar lo dado". (...) "La existencia de un conflicto fuerte en el primer plano es señal de que el verdadero conflicto en el segundo plano está alienado y oculto, como en la duda obsesiva". (pág. 238, Cap. 12. El ajuste creativo: I. Pre-Contacto, y Toma de Contacto).

jueves, 3 de mayo de 2012

EL SILENCIO y la vivencia de éste.





                                                    Descubriéndome en mi silencio:
                                                    mi silencio interior me permitió
                                                    descubrir algo nuevo en mí, de mí.
                                                    Cuando lo necesité,
                                                    cuando lo descubrí como mi necesidad,
                                                    cuando por fin me lo pude permitir,
                                                    como un bálsamo que necesitaba en ese momento.
                                                           
                                                    Descubriendo la belleza de mi silencio,
                                                    de un silencio sanador, cuando lo necesito y me lo respeto,
                                                    que me trae ese conocimiento que viene de mí, no de fuera,
                                                    del descubrimiento de lo que me ayuda a sanar:
                                                    de un avance en mi autoconocimiento.
                                                                                       


TODO  LO  QUE  DICE  EL  SILENCIO  DE  TI :


¿ Qué es el silencio para ti? ¿Qué supone el silencio para ti?

¿ El silencio te/nos asusta ?

¿ Evitas el silencio ?

¿ Cuál es la función de tu silencio cuando existe? ¿Para qué está ahí?

¿ El silencio nos muestra sentimientos, nos aporta experiencias que de otra forma no conoceríamos?

¿ El silencio es para ti un vacío?. ¿Le temes al vacío en tu propia vida?

¿ Qué es el silencio interior?

¿ Todos los silencios son iguales?

¿ Cómo vives tú tus propios silencios:
   - te los puedes permitir,
   - son como un castigo que te impusieron y hoy te siguen resultando así,
   - te angustian,
   - tratas de llenarlos con palabras,
   - te resultan complicados de vivirlos, te cuesta "soportarlos" y huyes de ellos con palabras, bromas ...
   - te impacientan ,
   - como una necesidad, un placer de dejar que te lleve hacia un mayor conocimiento de ti y sabiduría personal (como una oportunidad de crecimiento y desarrollo personal a través de los darte cuenta que te aportan)
   - disfrutas de ellos ...?.

¿ Qué te hacen sentir tus silencios y los del otro frente a ti?. ¿Y esos momentos de silencio en la relación con el otro?. ¿Depende esto último de la persona con la que sea tu encuentro o es general vives los silencios de una forma determinada?.

¿ Cómo vives el silencio de los otros :
   -como rechazo hacia ti, con respeto,
   -como momentos de aburrimiento, o una pérdida de tiempo,
   -como una muestra de egoísmo por parte del otro de no acabar con tu sufrimiento con el tema de su no decirte,
   -como un vacío de que no tienen nada que decirte, como un hueco que necesitas llenar,
   -como falta de entendimiento por parte del otro,
   -como un momento con el otro, en la relación, que te hace sentir expuesto/con vergüenza de mostrarte a ti y a tus sentimientos a través de tus gestos, la expresión de tu cara ...como algo que cortas en cuento puedes.
   -como una exigencia impuesta (un castigo) por el otro, e intento de evitar su silencio, de acabar con él con tus ruegos,
   -como algo que te resulta incomprensible,
   -como una comunicación compartida y disfrutada en la mirada, en los gestos del otro ... ?.



¿ Ha cambiado tu forma de percibir, sentir  los silencios internos, del otro y con el otro, o sigue siendo tu vivencia de éstos igual a lo largo de tu historia personal?.

¿ Te crecimiento personal te ha llevado a crecer en la forma de permitirte y permitirle al otro su tiempo para tu propio/su silencio?...


 El silencio es, se puede convertir, vivenciar, como una oportunidad de crecimiento, cuando es deseado, no impuesto desde fuera, vivido como una necesidad propia, como un momento de riqueza por la vivencia, por los darse cuenta que a uno le aporta.
En ese caso es la necesidad cubierta de un momento (en el aquí y ahora de la persona), incluso como un descubrimiento asombroso de una nueva necesidad vivida con placer y un ir "mas allá"(por ejemplo, en una persona que se asombra, de sentirlo así, tras mucho tiempo de necesitar hablar y expresar a través de la palabra oral), que llega a vivir como un paso más, y enriquecedor para ella, de su evolución y crecimiento como persona,.

¿ Quieres aportar, compartir con nosotros, tu propia vivencia del silencio ?




                                             
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