lunes, 18 de junio de 2012

Poesía y Psicoterapia






  Hola queridos lectores-seguidores del Blog de Centro de Psicología Gestalt.

  Esta mañana, navegando por la red me he encontrado una noticia que me ha trasmitido "frescura" (esta sensación, obviamente, es muy personal, como cualquier otra), y quiero compartirla con vosotros.
Nos habla de cómo la Poesía puede ser una forma de expresión literaria que aporte paz a la persona, tanto al escritor, como al lector que la busca, en una forma de entrar en contacto con sus emociones, con su mundo interior, sus percepciones... En definitiva le puede conducir hacia un autoconocimiento más profundo de sí mismo, a partir del que sentirse motivado hacia un cambio (o ajuste creativo) y desarrollo personal que le aporte mayor bienestar emocional en su vida.

Recordemos que la poesía (como una manifestación de expresión creativa), al igual que otra formas de arte, como la pintura, la música... pueden actuar en la persona a modo de autoconocimiento, y de satisfacción de una necesidad surgida en un aquí y ahora de esa persona.

Os dejo con el artículo, deseándoos un ¡ feliz inicio de la semana !.

Enlace:
     

Nota: Para aquellos que estéis interesados en EL ARTE COMO FORMA DE TERAPIA, os adjunto este enlace que publiqué al respecto en otra entrada del Blog.
http://gestaltmar.blogspot.com.es/2011/11/el-arte-como-forma-de-expresion-y.html
                                                                       

viernes, 8 de junio de 2012

En el Cierre de La Primavera






En el camino de la vida, encontramos personas con las que nos sentimos especiales, y a las que hacemos sentir especiales, que nos aportan y a las que aportamos. Esto es un privilegio, que en ocasiones, cuando menos nos esperamos, nos llega.
Esta entrada, os la dedico, a través de dos poemas, que no son míos, y sin embargo, espero os lleguen como  mis mejores deseos en vuestro recorrido a lo largo de vuestro caminar (además de recordarme muchos momentos en que os he sentido "Viviendo Vuestra Vida" siguiendo estas palabras que os he visto vivirlas como vuestras). 

A "Mis Chicas", para todas y cada una de Vosotras:

           
                  LA VIDA

La vida es una oportunidad, aprovéchala
La vida es bella, admirala
La vida es dulzura, saboréala
La vida es sueño, hazla realidad
La vida es reto, afróntalo
La vida es compromiso, cúmplelo
La vida es juego, disfrútalo
La vida es costosa, cuídala
La vida es riqueza, consérvala
La vida es un misterio, desvélalo
La vida es una promesa, lógrala
La vida es preciosa, jamás la destruyas
La vida es un himno, cántalo
La vida es un combate, acéptalo
La vida es una tragedia, enfréntala

Porque la vida, es la vida, vívela

                                          
Autora: Madre Teresa de Calcuta
                                                       



BREVEDAD

He nacido de madrugada

Viví mi niñez en esta mañana

Y sobre el medio día

Ya transitaba mi adolescencia

Y no es que me asuste

Que el tiempo se me pase tan aprisa

Sólo me inquieta un poco pensar

Que tal vez mañana

Yo sea

Demasiado Vieja

Para hacer lo que he dejado pendiente

                                                
  Finalmente el día de la despedida ha llegado, y mi recuerdo va hacia cada una de Vosotras, "Mis Chicas". Hemos pasado un año Juntas, descubriendo, expresando, aprendiendo, disfrutando, ofreciendo, recibiendo, recorriendo el camino de no olvidar la importancia de cuidaros, quereros, y cómo hacerlo.

Llega el final de la Primavera 2012, y en este momento me doy cuenta, una vez más, de  cual es mi propio deseo para mí:  volver a reencontrarnos,  el próximo Otoño.

Os envío un abrazo muy fuerte a todas y cada una de Vosotras. Os deseo igualmente un feliz verano, y que no dejéis pendiente nada de lo que queréis realizar. 
                                                       

miércoles, 6 de junio de 2012

Cuando los hijos no llegan. Por Laura Gutman



                                                              


   Recientemente he releído un artículo de Laura Gutman, publicado en la Revista Mente Sana, en su ejemplar número 33, con igual título que el de mi entrada.

Laura Gutman suele ser presentada como argentina, terapeuta familiar, escritora y en ocasiones nombrada como "el gurú de la maternidad". En sus escritos muestra una gran sensibilidad con la mujer, el papá y los hijos de la pareja de padres, en cualquiera de los temas que trate a través de su múltìples artículos o libros que ha publicado. Es Directora de una Institución llamada "Crianza" en la ciudad de Buenos Aires.

La sensibilidad con la que habla, no sólo su gran experiencia en el trabajo con vínculos primarios, desamparo emocional, la maternidad-paternidad, entre otros campos de la psicoterapia, me ha cautivado al leer el siguiente artículo sobre las dificultades que pasa una pareja que durante años busca tener a su bebé y pasa por diferentes pruebas frustantes, que dan al traste una y otra vez con su deseo. Además de aportarnos una serie de guías, sobre CÓMO CREAR EL "MEJOR MOMENTO" PARA CONVERTIRNOS EN PADRES, y de hablarnos de un caso real, que llegó a su consulta, con la dificultad de una maternidad y una paternidad frustrada durante seis largos años. 
Plasma con sencillez como la psicología (la parte psicológica y emocional) de cada uno de los miembros de la pareja de futuros padres, la relación entre ellos y su forma de vivir su día a día, pudo dificultar su ansiado deseo (para el que realmente no eran conscientes que no habían dejado un espacio en su vida tal y como la llevaban hasta ese momento).

Os dejo con  la transcripción de dicho artículo, cuya lectura de este caso concreto del que nos habla Laura Gutman (no generalizable a otras vivencias, aunque sí puede aportarte mucha información sobre tu propia experiencia-vivencia en tu realidad particular), espero les llegue a muchas mujeres y hombres, que estén pasando por estas circuntancias de búsqueda y espera de la llegada de un hijo amado. Con el propósito de que les sirva a modo de reflexión, sobre su propia historia vital, su relación de pareja, y todo aquello que rodee su propio camino en la  concepción de su hijo.   


La decesión de tener un hijo significa darle un espacio sincero en nuestras vidas. La pareja, para predisponerse realmente a recibir a su bebé es preciso que mantenga una buena comunicación y disfrute de su intimidad.

"Ya habían pasado diez años de matrimonio y seis que habían conversado y tomado la decisión de buscar un hijo. Raquel compartía con su esposo un gabinete de abogados, ambos habían trabajado con esmero y logrado cierta estabilidad económica. Raquel sentía que había llegado el momento indicado.

Pasó el primer año sin preocuparse demasiado, pero a partir del segundo, Raque acudió a la consulta de su ginecólogo. Éste la tranquilizó diciéndole que, a los 38 años, el embarazo puede demorarse.

No obstante, un año más tarde, su ginecólogo le recomendó iniciar algunos tratamientos de fertilidad, empezando por una estimulación ovárica. La introducción de hormonas le produjo algunas molestias, hinchazón y dolores de cabeza, pero, lamentablemente, no consiguieron el embarazo.

Entonces le tocó el turno a Roberto, que tuvo que pasar por un período de exámenes de su esperma, para detectar la cantidad, la calidad y la movilidad de sus espermatozoides. Éstos eran escasos, sin embargo, los especialistas consideraron que eran suficientes para lograr un resultado positivo. Se sumaron también otros análisis, pruebas y exploraciones para comprobar los ovarios, las trompas y el útero de Raquel, y a pesar de que encontraron una trompa algo engrosada, determinaron que no había nada que impidiera la concepción. (Añado yo: orgánicamente hablando, si se pasan por alto otros posibles factores como los emocionales, que pueden influir en la concepción de un embrión).


Un añor después se sometieron a un proceso de fertilización asistida, es decir, introducir esperma  de Roberto en el útero de Raquel en su día más fértil. Para aumentar las probabilidades de éxito, continuaron con la estimulación ovárica. Hicieron cinco intentos -espaciados en el tiempo- sin resultados favorables. Tras unos meses de descanso, resolvieron intentarlo con la fecundación in vitro.

Cuando los hijos no llegan, y los padres sienten la "urgencia" del reloj biológico, llamándoles,
pueden sufrir estrés ante esta vivencia, lo que influye en los niveles hormonales de la mujer,
y así en la posibilidad/facilidad de concepción de ésta (quiero resaltar).


Con el primer intento, por fin llegó el tan deseado embarazo. Raquel ya tenía 43 años y sentía que estaba jugando sus últimas cartas. El sentimiento de euforia y de haber logrado su meta, a partir de su esfuerzo y tenacidad, invadió todo su ser. Pero al cabo de un mes tuvo unas pequeñas pérdidas de color marrón y se asustó. El médico le recomendó reposo absoluto. Días más tarde, las manchas se tornaron rojas. Se hizo entonces una ecografía dónde constataron que el embarazo se había interrumpido. Raquel eliminó naturalmente el embrión, sin dolor físico, pero con una enorme tristeza en el alma.

Raquel estaba devastada, sentía que ya no tenía fuerzas ni ánimos para continuar pendiente de las inyecciones de hormonas, de las ovulaciones, ni de su cuerpo hinchado. Estaba cansada y enfadada consigo misma. Nunca había experimentado un fracaso tan rotundo en su vida. Fue entonces cuando vino a verme, debido a un cambio significativo en su humor, vitalidad y entusiasmo.

Puse el foco en el vínculo de pareja y en el sostén de su vida sexual, ya que su proceso de fertilización habia lastimado su intimidad. También conversamos sobre la importancia de contrarrestar las dificultades de estas intervenciones enriqueciendo la sexualidad, la sensualidad y, sobre todo, la comunicación sincera y la cercanía amorosa con su esposo. A veces nos apegamos tanto a la dificultad de concebir, que olvidamos vivir nuestra relación basándonos en el encuentro pasional.

También conversamos con Raquel sobre el despliegue de su identidad, era evidente que estaba absolutamente volcada en su trabajo. Por su parte, Roberto también tenía todo su interés, líbido y deseos puestos en su crecimiento laboral. Más aún, la identidad de la pareja se había constituido a oartir de este esquema e, históricamente, habían cargado con agendas repletas de obligaciones, dejando muy poco margen para el ocio compartido.

Siendo ambos abogados exitosos, acudieron velozmente a los mejores profesionales en reproducción asistida. En esos seis años, no habían conversado entre ellos sobre sus miedos, sobre si verdaderamente un niño tenía cabida en sus vidas; ni siquier se plantearon los posibles sufrimientos que acarrean estos tratamientos.

Ante esta situación, les propuse algunos encuentros entre los tres, a fin de "reservar en la agenda" un horario exclusivo para la pareja. Esos encuentros fueron fructíferos porque lloraron, se escucharon, se conocieron más, se dijeron algunas cosas que habían callado en el pasado, se compadecieron, se rieron, renovaron el deseo de estar juntos, se formularon demandas entre ellos. Finalmente, organizaron un viaje y ... regresaron con la noticia del embarazo logrado.

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CÓMO CREAR EL MEJOR MOMENTO (aspectos a considerar) EN EL CONCEPCIÓN DE UN HIJO:

BUSCAR LA SEGURIDAD

Las mujeres activas acudimos al pensamiento y la lógica. La fecundación asistida da la impresión de que "hay muchas cosas para hacer" y en el hecho de hacer nos sentimos seguras.
(Matizo yo: "frente al dejar que nuestro cuerpo haga por sí mismo, facilitándole el entorno emocional, relacional... que facilitaría una concepción natural o espontánea; a veces "no hacer nada", más que facilitar las condiciones emocionales de relajación física y mental, es hacer mucho más de lo que imaginamos, en esta búsqueda; la dificultad reside en lograr este estado emocional, que en aparente es tan "sencillo", al menos de nombrarlo).


ESTAR REALMENTE DISPONIBLES

A los espermatozoides les falta la fuerza vital y parece que los óvulos no están receptivos. Teniendo en cuenta la sobrecarga de trabajo de las mujeres y los varones, es posible que transmitamos al alma que busca la concepción señales que indican que no hay demasiada disponibilidad para tal fin.


SENTIRNOS CONFORTABLES

Revisemos nuestra vida sexual. Compartamos tiempo de ocio y mostremos más disponibilidad emocional. El placer y el confort ayudarán a la concepción de un niño y, si estamos viviendo un proceso de fertilización asistida, los necesitaremos aún más.


RECUPERAR EL TIEMPO

No sólo necesitamos tiempo para la intimidad con la pareja, también lo necesitamos para la INTROSPECCIÓN. La capacidad de estar tanto con uno mismo como con nuestra pareja facilitarán la concepción.



                                                            
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Si quieres consultar más información sobre maternidad-paternidad, embarazo, parto, crianza, reproducción asistida, duelo gestacional y perinatal o apego, te invito a visitar mi nuevo Blog  Psicología Perinatal: Mar García Bernabeu , especializado en esta temática.
                                                            

El ABC de las Relaciones Tóxicas



                                                       Foto del Artículo Periodístico

Os invito a la lectura del siguiente artículo, escrito por Mónica Oblitas, en "Los Tiempos", que habla de qué son y en qué tipo de relaciones se puede dar una forma de interactuar con el otro de forma tóxica. En el mismo habla de relaciones de pareja, en el trabajo, paterno-filiales, o entre amigos.

Considero relevante no hacer una lectura de este texto buscando culpables: los padres, uno mismo, el otro ... sino de potenciar el darse cuenta de que puede ser que haya aspectos de nuestras relaciones que no hemos tenido en cuenta, que sean dañiños, que tal vez no valoramos como de dependencia, agresividad, sumisión, pero que pueden serlo. Aspectos que sin embargo están ahí, en nuestra función personalidad y en el tipo de contacto que mantenemos con los otros, buscando, queriendo decirnos algo. Como la necesidad de hacer un cambio propio y en la relación con el otro, por nuestra propia salud psíquica y el bienestar emocional de las personas a las que queremos, por ejemplo, en el caso más acuciante, si se dan estos factores de riesgo, con nuestros hijos.

Pincha en este enlace, para leer el artículo: http://www.lostiempos.com/oh/actualidad/actualidad/20120603/el-abc-de-las-relaciones-toxicas_173377_364947.html

Aprende con los obstáculos





                                   "Si cambias de perspectiva, puede ayudarte a  encontrar una
                              nueva forma de hacer, una nueva solución, una salida a tu dificultad"



    En esta entrada, retomando el tema del anterior post, quiero contaros un cuento (más abajo), que habla del valor del esfuerzo, de cómo una persona aprende con los obstáculos que encuentra en su vida, si busca la forma de afrontarlos, en lugar de negarlos, huir de ellos o hacer trampa para eliminarlos. Es decir, del para qué nos sirven los retos y los obstáculos en la vida de cada uno.

Incluso, enlazando con la entrada titulada "El Poder de la Educación", podemos hablar de la importancia de no ayanarles, innecesariamente, el camino a los niños/as, para que aprendan a vivir dentro de una "línea de realidad", no en un mundo de protección, "aséptico", en el que no les pueda pasar "nada" mientras estemos a su lado para protegerles (o sobreprotegerles).
En lugar de ello, las dificultades, los retos, los obstáculos, que ayudemos a superar a nuestro hijo/a, alumno/a, nieto/a, sobrino/a o niño con el que nos relacionemos, resaltándole sus recursos, ayudándole a potenciarlos, trabajando con ellos sus debilidades y fortaleciéndolas, se convertirán en un recurso de aprendizaje, con el que irá contando a lo largo de su vida infantil, adolescente, como adulto e incluso en su vejez. Esto sí que le ayudará a conquistar su felicidad, no así el que otros factores que potenciarían su creencia de que "no puede hacerlo por sí mismo":
 * se lo demos todo hecho,
 * o que le facilitemos cada cosa que le cuesta, enseguida, sin dejarle que siga probando una vez más,
 * o el vivir sin tener que luchar y eliminando las frustraciones de su camino vital.
Es decir, la sobreprotección no ayuda a crecer, frente a lo que sí potencia el crecimiento de un niño:
 * potenciarle su esfuerzo,
 * ayudarle a creer en sus posibilidades,
 * apoyarle a que experimente con cosas que estén a su alcance, sin miedo a equivocarse (sin identificar error a fracaso),
 * el sostén emocional para afrontar los retos o las dificultades como una posibilidad de superarse y las caídas cuando las haya, de forma que pueda levantarse y continuar con su camino.


Os dejo con el CUENTO SUFÍ del que os hablaba, deseándote que encuentres "tu propia moraleja" a las dificultades en tu vida:


Oí una parábola antigua. Y debe ser muy antigua, poque en aquellos días Díos acostumbraba a vivir en la tierra. Un día, un viejo campesino fue a verlo y le dijo: "Mira, tú debes ser Dios y debes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte: no eres un campesino. No conoces ni siquiera el ABC de la agricultura, tienes algo que aprender".

Dios dijo: "¿Cuál es tu consejo?".

El granjero contestó: "Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo creo y veamos qué pasa. La pobreza no existirá más".

Dios aceptó y le concedió al campesino un año. Naturalmente, pidió lo mejor y sólo lo mejor: ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano. Todo fue confortable, cómodo, y él era muy feliz. El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol, había sol; cuando quería lluvia, había tanta lluvia como hiciera falta. Ese año todo fue perfecto, matemáticamente perfecto.

El trigo crecía tan alto que el campesino fue a ver a Dios y le dijo: "¡Mira!. Este año tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en diez años, aun así tendremos comida suficiente".

Pero cuando se recogió la cosecha, los granos estaban vacíos. El granjero se sorprendió. Le preguntó a Dios: "¿Qué error hubo?, ¿Qué pasó?".

Dios dijo: "Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tú evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió más impotente. Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma del trigo".

El Poder de la Educación






                         "Para educar a un niño hace falta toda la tribu"
                                                                          (Proverbio africano)

  

Esta sencilla frase me hace pensar en cómo no es suficiente la educación que padres y madres en solitario dan a sus hijos, o la que reciben de sus abuelos, de los profesores, u otras instituciones sociales..., sino de la importancia del conjunto de los mensajes que toda la sociedad le transmitimos a los niños, desde que nacen, incluso antes de nacer.
Un ejemplo de esto último es la cuestión que me planteo: ¿nuestro hijo necesita la cuna, el carrito último modelo, todos los últimos avances que hay en el mercado para los bebés, los pañales marca, doscientos juguetes antes de venir a este mundo...?. O ¿son necesidades que nos hemos creído/creado a través de la publicidad, de ver lo que otras madres tenían o tienen, ... y que finalmente si no las cubrimos adquiriendo todo ello, nos sentimos defraudadas, pues lo vivimos como que no le damos todo lo que nuestro hijo "se merece" y supuestamente va a necesitar?. ¿O realmente no necesita tantos adelantos, alguno superfluos, y sí que necesita más abrazos, más sostén y contención a sus emociones, límites sanos que les protejan de algunos peligros ...?

¿Qué queremos enseñarles y transmitirle a nuestros hijos, con cada uno de nuestros actos? que les sirven de ejemplo. Esta es una pregunta que considero BÁSICA realizarnos, ante la conducta que mostramos, con nuestros pequeños, con cada gesto importante en su educación, y de ésta depende, como decía, no sólo lo que le hacen llegan los padres, profesores, figuras de autoridad ... a nuestros hijos en desarrollo.

¿Qué le transmitimos a estos niños cuando les mostramos que lo importante es la marca de los zapatos, que tras buscarse sus mecanismos emocionales, para "tocarnos" dónde más difícil nos resulta llevar, como padres, como figuras de autoridad, finalmente les damos aún habiéndole dicho varios "no", antes, con "la boca pequeña"?.

Recuerdo el anuncio publicitario, que actualmente está en plena campaña de promoción, de una marca de refresco que quiere hacerse pasar por un zumo (cuyo contenido en zumo de la fruta en cuestión, relamente es mínimo y no se parece en nada a un zumo recién exprimido de naranjas fresquitas sacadas de la nevera), que comienza diciéndote que "siempre he dicho que no haría tal o cual cosa, y finalmente lo hago"  (porque descubro que eso que no he dicho presenta "grandes virtudes": " en el caso del refresco, pretenden vender que es muy sano, porque tiene 5 vitaminas")..., e igual ahora con mis hijos: "decía que no le iba a dar esto y finalmente se lo doy".

Cuando veo éste u otro anuncio que pretende venderme algo y crearme una necesidad, me pregunto: ¿me ha de decir la televisión lo que he de comprar: debo dejarme engañar y hacer que mi hijo se crea esta mentira y manipulación de la realidad?, ¿le ha de enseñar la publicidad lo que es bueno que tenga para supuestamente estar sano, o para ser feliz o "guay" antes sus amigos...?.
¿Qué hacemos vendiéndoles estas ideas a nuestros pequeños?: diciéndole constantemente qué necesitan para ser felices: un ipod, un mp3, y luego cuando se ha pasado de moda un mp4, un ebook de tal marca, un móvil última generación con internet, y a cambiar en cuanto nos cansamos de lo anterior,... un, un..., más un, y otro un o una ...). Me llega una necesidad de "llenar vacíos personales, emocionales, familiares, sociales ...", con tanto objeto y tanta supuesta necesidad material de cosas que ¿realmente necesitamos para vivir, tantas?.

¿Dónde está ese ejemplo de valorar el esfuerzo, de conseguir las cosas a través de él, o del ejercicio de la responsabilidad, de asumir las consecuencias de nuestros actos, de pensar y reflexionar con los pequeños de estos valores, y de no decir a todo sí?. 
Sucumbimos a nuestras propias dificultades, de adultos (en lugar de buscar cómo hacernos fuertes en esto que nos cuesta),  de darnos cuenta de saber qué necesitan realmente nuestros chicos/as, y qué no, además de actuar con AUTORIDAD (que no autoritarismo) y poder afrontar la respuesta, la reacción emocional de nuestros hijos, cuando les decimos un NO para protegerlos de que no lo pueden tener todo (y menos sólo con pedirlo, sin aprender el valor de que las cosas se consiguen con esfuerzo). Si así actuamos, les estamos favoreciendo desarrollar  esa creencia irreal de "si lo quiero, lo pido y lo tengo", que luego les imposibilitará para afrontar las frustraciones de la vida diaria de adultos, cuando sean ellos quiénes deban dirigirse, y llevar su propia vida (lo que los adultos que ahora les educamos, les estamos enseñando, para guiarles en ese camino de llegar a ser adultos autónomos). En realidad, nuestro hijos, no nos damos cuenta, necesitan que les digamos "no, esto no puedes tenerlo", o "esto no lo necesitas", o "esfuerzate y busca cómo conseguirlo".
El NO les da a los niños y adolescentes, la oportunidad de poder "pelear con los adultos significativos" en la creacción de su propia identidad, de sentir que estos mayores van a estar como personas fuertes, que pueden aceptar la pelea de su hijo (no romperse internamente con éstas), llevarla emocionalmente en su relación con él, y seguir ahí, presentes para ellos, con afecto.  Y eso, parece que lo hemos olvidado, si se hace con afecto, con ternura, ese NO  firme es algo que los menores necesitan.


Lo anterior se puede aplicar a cualquier temática que incumba en la educación:

*¿Qué le estamos enseñando a nuestros hijos cuando conducimos saltándonos las normas de conducción?. Por ejemplo,cuando la sociedad le resta importancia a ponerse en el lugar del otro, con cómo su propia conducta afecta a los otros: - al ir a la mayor velocidad posible conduciondo (coches que corren a 220km/h): para qué, si deberíamos no sobrepasar ciertas velocidades para prevenit accidentes?.
O cuando nuestros hijos nos ven hablar por el móvil conduciendo, etc.
Incluso de la necesidad de "castigar" (o la necesidad de sanciones económicas/administrativas, retirada de puntos, consecuencias legales...) para que entendamos el mensaje de la necesidad de conducir con precaución,  ser responsables y no conducir si se ha bebido, respetando al otro y no pegándose al coche de delante ¿para qué, para meterle prisa?, etc, ... e incluso para "hacer pagar las consecuencias de su irresponsabilidad" (quiero decir obligar a asumir) cuando estos mensajes no han sido interiorizados por la persona infractora o responsable de un grave accidente.

*¿Qué le transmitimos a nuestros menores si no le hablamos de la importancia de no dar por hecho la educación que tienen ahora, sin más?, en lugar de resaltarles que es un derecho que sus padres y abuelos se ganaron para ellos y las generaciones futuras.

*¿Qué les decimos a los padres e hijos cambiando las leyes educativas con cada cambio político que tiene lugar en este país?: ¿es buena esta inestabilidad para ellos y para los profesores?. ¿Por qué no nos paramos a pensar entre todos y ver qué es realmente bueno para los menores a los que buscamos educar y enseñar?. ¿Ahora sí "Educación para la ciudadanía", ahora no?, etc.

...

Considero que sería muy saludable, para TODOS LOS CIUDADANOS,  pensar, repensar, la sociedad en la que estamos, y hacia la que nos dirigimos, si hay aspectos importantes que deberían ser reflexionados pues INFLUYEN EN LA EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS, y recuerdo la frase que me llevó a plantearos estas preguntas anteriores: "para educar a un niño es necesario toda la tribu" (la participación de la sociedad al completo, de la que forma parte).



Todo lo anterior me lleva a recordar un texto escrito por Tolba Phanem, una poetisa africana, y traducido del portugués por G.Leone, en el que habla de la forma de hacer de una tribu africana. Os lo reproduzco a continuación:

La Canción de los Hombres

Cuando una mujer de cierta tribu de África sabe que está embarazada, se interna en la selva con otras mujeres y juntas rezan y meditan hasta que "aparece la canción del hijo".
Saben que cada alma tiene su propia vibración que expresa su particularidad, unicidad y propósito.

                                                    

Cuando nace el bebé, la comunidad se reunen y le cantan su canción. Las mujeres entonan la canción y la cantan en voz alta. Luego retornan a la tribu y se la enseñan a todos los demás. Entonces, el pueblo se junta y le cantan su canción.

Más tarde, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se junta y le canta su canción.

                                                              

Cuando se inicia como adulto, la gente se junta nuevamente y canta.

Cuando llega el momento de su casamiento, la persona escucha su canción.

Finalmente, cuando el alma va a irse de este mundo, la familia y amigos se acercan a su cama e, igual que para su nacimiento, le cantan su canción para acompañarlo en la transición.

En esta tribu de África hay otra ocasión en la cual los pobladores cantan la canción. Si en algún momento, durante su vida, la persona comete un crimen o un acto social aberrante, se lo lleva al centro del poblado y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor. Entonces le cantan su canción.
La tribu reconoce que la corrección para las conductas antisociales no es el castigo; es el amor y el recuerdo de su verdadera identidad.

Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera dañar a otros.

                                                        

Tus amigos conocen tu canción y te la cantan cuando la olvidaste. Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes o las oscuras imágenes que muestras a los demás. Ellos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu totalidad cuando estás quebrado; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito cuando estás confundido.

No necesito una garantía firmada para saber que la sangre de mis venas es de la tierra y sopla en mi alma como el viento, refresca mi corazón como la lluvia y limpia mi mente como el humo del fuego sagrado.

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Si estás interesado en consultar más información sobre Apego, Embarazo, Parto, Puerperio, Crianza, Maternidad-Paternidad, Duelo gestacional y perinatal, y Reproducción Asistida, puedes hacerlo visitando mi nuevo Blog "Psicología Perinatal. Mar García Bernabeu", con nuevos artículos publicados sobre estas temáticas.
                    





domingo, 3 de junio de 2012

¿ Hablamos el mismo idioma padres e hijos ?




                                         Foto extraída de la noticia citada.



Os acerco la lectura de un artículo periodístico publicado por M.J.Pérez Barco, en ABC.es, el 2 de este mes, titulado como abajo enuncio.

¿Hablamos el mismo idioma?

Psicólogos, docentes... ofrecen consejos a los padres para no perder el diálogo con los hijos

Todo le sienta mal y lo discute. Nada está a su gusto. Le cuesta obedecer. Unos se vuelven rebeldes, con quejas y protestas por todo y a todas horas; otros se aíslan en el universo de su habitación y solo responden a los amigos. Se hacen esquivos y evitan cualquier conversación con los padres. No les apetece ni cruzar una palabra. A veces, ni escuchan. Para muchas familias así es la adolescencia, una etapa complicada en la que los chicos comienzan a buscar su propia identidad. Un verdadero quebradero de cabeza para muchos padres. Y sin embargo tiene solución: establecer una buena comunicación es la clave para que la convivencia mejore en casa y toda la familia pueda disfrutar de unas relaciones sanas.
En esta etapa vital (de los 12 a los 18 años), «el adolescente está cambiando tanto que no se reconoce», explica Gabriel Dávalos, profesor de Psicología e investigador del Instituto CEU de Estudios de la Familia. «Lo típico en ellos es preguntarles y que respondan —no sé—, porque algo les impide contar lo que les pasa».

 

No nos entendemos


Pero las dificultades de comunicación son recíprocas. A nadie le sorprende escuchar a más de un padre, y también a hijos, quejarse de la ausencia de diálogo en casa con las mismas expresiones: «No hablamos el mismo idioma», «cualquier conversación termina en bronca», «no nos entendemos»... «Los padres —señala Dávalos— también están desorientados a la hora de relacionarse con el adolescente. Muchos afirman que no saben cómo hablarle».

 

Los amigos son importantes para los chicos

Establecer el diálogo con la progenie es todo un reto. Pero también hay que hacer examen de conciencia, como apunta el profesor Dávalos. A esa edad, los padres no son el único modelo de referencia para los chicos. Y eso no se encaja de muy buen grado. «Muchos conflictos —dice— surgen cuando el adolescente sitúa a la familia y a los amigos al mismo nivel. Algo que no entienden los padres, porque piensan que traicionan sus raíces». Hay que asumir que los amigos, el hecho de pertenecer a un grupo, son trascendentales para los chavales.

 

Inseguridades


Además, existen otros cortocircuitos en la comunicación familiar. «Las inseguridades de los padres —señala Dávalos— son una barrera para el diálogo». Y reconozcámoslo: «A los padres nos cuesta escuchar, porque creemos que ellos no pueden opinar porque les consideramos inmaduros».

 

El diálogo con los hijos hay que trabajarlo desde edades tempranas

Para adquirir una buena comunicación con los hijos, lo mejor es comenzar a edades tempranas. «La comunicación es un proceso que se aprende y desarrolla en el tiempo. El niño tiene que ir expresando sus ideas, preocupaciones, etcétera. Si ese proceso se desarrolla desde la infancia, será más fácil que en la adolescencia lo mantenga. No obstante, los padres deben saber que el adolescente va a hablar mucho menos que cuando era niño. Su conversación está más centrada en los amigos», explica el director de la Escuela de Padres del Ayuntamiento de Valencia, Agustín Durán.

Si ese proceso no se ha construido, hay tiempo de crear unas pautas de comunicación en plena adolescencia. «Los padres son quienes deben hacer un ejercicio de imaginación, tener paciencia, ser más habilidosos y relajarse», aconseja Ángel Peralbo, director del área de Adolescencia del Centro de Psicología Álava Reyes.

 

Cualquier oportunidad sirve para iniciar una conversación

Antes de empezar, este psicólogo recomienda tener claras unas lecciones: «La comunicación no se puede imponer. Por eso, no hay que interrogar a los chicos ni exigirles que expliquen cómo se sienten. Tampoco hablar siempre del mismo tema, que suele ser los estudios. Ni hablar de asuntos tan importantes como las drogas y el sexo un rato antes de su primera fiesta. Lo mejor es aprovechar cualquier oportunidad, aunque estemos ocupados, para entablar una conversación: en momentos de ocio, cuando les acompañamos a sus actividades deportivas, noticias que dan pie al diálogos... Siempre debemos estar disponibles. No se puede restringir la comunicación al momento de la comida o la cena».
Los expertos ofrecen hasta técnicas para hablarles. Agustín Duran dice que hay que «emplear frases cortas, no repetir las mismas cosas, no soltar el "clásico rollo", hacer preguntas concretas y claras... En la Escuela de Padres les proponemos un recurso muy eficaz: la reunión familiar de comunicación, un espacio de tiempo que la familia establece para hablarse, con la particularidad de que mientras un miembro esté hablando nadie le interrumpe».

 

Escuchar y empatizar


La guía «Cómo convivir con adolescentes», editada por la Comunidad de Madrid, recomienda cuidar tres habilidades: escuchar, empatizar y saber decir «no». Nada fácil. Pero hay mecanismos para conseguirlo: se escucha con los cinco sentidos, sin distracciones y utilizando gestos corporales (desde una mirada hasta un gesto de asentimiento). Los padres tienen que ponerse en el lugar del hijo y entender sus pensamientos, actitudes y emociones, pero sin hacerse su «coleguita» ni emplear su mismo vocabulario. Y dar ejemplo, porque los hijos aprenden mucho mejor por lo que ven. Saber decir «no» con firmeza y sin titubeos resulta fundamental. Para ello conviene siempre dar las razones de por qué de forma clara, pero sin perderse en explicaciones.

 

Por último os enseño una imagen humorística, a modo de reflexión, sobre lo que se puede considerar una comunicación paterno-filial, en la que se priorizan las necesidades del padre, frente a las del hijo, que no se escuchan, se les resta importancia, e incluso podríamos decir que ni se entienden. En ocasiones esas demandas del hijo son de de atención, ayuda en los estudios, y apoyo emocional en algo que para el niño es dificil y que espera encontrar en su padre/madre, al que considera más formado en este sentido.

En este caso  la viñeta que a continuación adjunto, transmite mucho sobre la COMUNICACIÓN PATERNO-FILIAL, O MÁS BIEN, LA INCOMUNICACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS, facilitada por la parte adulta de esta pareja.

 

 



                        

Enlace: http://www.abc.es/20120601/familia-padres-hijos/abci-comunicacion-adolescentes-201206011214.html

 

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