Artículo durísimo sobre las carencias de hijos cuyos progenitores ponen por delante su éxito profesional frente al tiempo dedicado a sus hijos, que refleja parte de un cambio en los valores de lo prioritario en la familia, llevado al extremo propiciando un abandono del vínculo afectivo con los hijos.
Una reflexión se hace necesaria antes de, cómo dice el autor, necesitar “verle las orejas al lobo” para reaccionar y llegar a un replanteamiento de las necesidades personales, de nuestro hijo/a y familiares.
Sin buscar provocar alarma, a la vez que ayudando a la toma de conciencia sobre la importancia de la necesidad de pasar y compartir tiempo con nuestros hijos, y las consecuencias de intentar sustituir esta falta de contacto, de relación, de cuidado emocional, por excesos materiales (produciendo un alejamiento físico y emotivo con el propio hijo).
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