Hoy os propongo que HABLEMOS DE SENTIMIENTOS CON NUESTROS HIJOS, y que FOMENTEMOS EL RESPETO POR EL OTRO, POR LO DIFERENTE.
Es viernes 11 de septiembre de 2015, os escribo desde un pueblecito de Suiza.
Tras estar residiendo más de dos
años en Suiza, mi necesidad imperante de retomar mi gran pasión vocacional
profesional (me repito, sin embargo lo necesito, pues siempre la Psicología ha
sido mi vocación en mi vida, desde niña) ha llamado a mis puertas, y
le abro éstas, encantadas de así hacerlo. Me siento plena al comunicároslo.
No puedo evitar, ni quiero, que
el ser la madre de mi hija de poco más de un año, nacida en estas tierras,
enriquezca mi visión sobre la Psicología y la crianza, así como especialmente
en el área de la Psicología Perinatal, que dejé aparcada por estos años, tras
mi partida de mi amada ciudad, Elche, y mi queridísima España.
Tras ésta cambio de país, también
dejaría un dolor por nuestros hijos perdidos, y la vivencia de una maternidad
dolorosa que me acercó, de forma vivencial, nada teórica, inicialmente, a los
duelos por pérdidas gestacionales y muerte perinatal, aunque posteriormente,
iniciara mi formación sobre este tema. Dolor que se vendría con nosotros, y que
hoy puedo sentirme lo he elaborado y superado, sintiéndome preparada para, en
un futuro, volver a acompañar a otras madres y padres, familias que han perdido
a sus hijos en el embarazo, parto o tras éste. Si cabe, mi humanidad es mucho
mayor, con esta temática, tras la propia experiencia de pérdida, haberme
trabajado ésta a nivel psicoterapéutico (individualmente y en grupo), y
continuar formándome al respecto, en la intervención con este tipo de duelos.
Hoy vuelvo, encantada, feliz de
hacerlo. Con la gran alegría, esperanza, deseo, y las ganas de volver a
“vernos”, a los que aquí un día, durante años, nos encontrábamos en estas
páginas, compartiendo sobre temas de nuestro interés común.
Últimamente leo artículos,
comentarios, en páginas de internet (sobre inmigración, racismo, nacionalismos,
refugiados…). En ocasiones tengo la impresión de que las palabras son gratis
(unos insultan a otros, ““moderamente””,
sin que sea muy evidente, y otros sin reparo alguno), que no somos conscientes
del daño que podemos hacer con éstas. Sin embargo va más allá de esto, detrás
de las palabras hay pensamientos, miedos, visiones de vida, introyectos (nada
conscientes), prejuicios, ideas preconcebidas, en ocasiones asuntos inconclusos
que llevan al odio, … En definitiva, aspectos de los que muchas veces no se
hablan, y que se quedan en nosotros como sentimientos dañinos, por no ser
conscientes, no tener en cuenta cómo nos afectan en nuestro autoconcepto,
autoestima … Es todo muy abstracto, no estoy nombrando a qué sentimientos, por
ejemplo, puedo referirme. Os voy a plasmar un ejemplo, con una pequeña
historieta que aparece en unos cuentecitos que le estoy leyendo a mi hija. Se
titula “El conejo y el oso”. Aquí os la dejo.
“El pequeño conejo corrió hacia su madre llorando amargamente: ¨Mamá, mamá, no sabes lo que me ha pasado. El oso me ha insultado¨. ¨¿Y qué es lo que te ha dicho?¨, preguntó mamá conejo. ¨Me ha llamado orejotas y dientes torcidos.¨ ¨¡Eso no ha estado bien, desde luego!¨, dijo mamá conejo. ¨El señor oso suele ser amable y educado con todo el mundo. ¿Vamos a hablar juntos con él, para preguntarle qué es lo que le ha movido a insultarte de ese modo?¨¨Psss¨. exclamó el pequeño conejo. ¨Quizá no sea muy buena idea. Puede que siga enfadado porque le llamé gordinflón y perezoso”.
Esta es una pequeña historia que
permite hablar de muchos aspectos psicoemocionales, por ejemplo en el ámbito de la familia, no sólo trabajarlos en terapia (cuando la
prevención ya no es posible, en aspectos de, por ejemplo, relaciones entre
iguales en la escuela), o en el ámbito escolar (para el análisis de las relaciones
sociales, de aspectos emocionales como el autoconcepto o la autoestima, conductas de
respeto …).
Sobre emociones hay una película
muy famosa, que me han recomendado amigas, colegas de trabajo, y un familiar
que la ha visionado y la ha encontrado interesantísima, pero aún no he podido
ver (en breve quiero verla, disfrutarla atentamente en español, para saborearla). Ésta, quizás, podría usarse para abordar
todos estos aspectos con adolescentes,
tras el visionado del film.
Os deseo un feliz inicio del fin de semana, y que disfrutéis plenamente de éste.