--- Cuando uno revisa la bibliografía existente sobre CODEPENDENCIA, una de las primeras observaciones que puede realizar es la gran variedad de definiciones que encuentra sobre este término. Cada una de ellas pone el acento en un factor: unas resaltan la causa u origen de la misma, otras describen los efectos o consecuencias que producen (en la persona codependiente, o en el familiar adicto o persona de la que es dependiente el codependiente, o en la familia en general), otras la situación general que hay alrededor de una codependencia, las hay que describen la sintomatología junto con la problemática conductual y el sufrimiento que conlleva… Y en realidad, lo que muestran cada una de estas definiciones es una parte de la codependencia, integrada por diferentes facetas o manifestaciones de la misma problemática (todas las nombradas a partir de ahora, ya que es un constructo complejo de definir de forma abreviada).
De modo que con el objetivo de aclarar lo máximo posible de qué hablamos al referirnos a una conducta codependiente,
os voy a presentar diferentes visiones sobre la problemática que presentan (con diferente nivel de afectación de la sintomatología a nivel personal, familiar, laboral y social)
las personas codependientes: o las
personas con una involucración obsesiva hacia los problemas de algún familiar (*1)
en los problemas de la persona con una adicción (*2),
desequilibrando su propia vida a todos los niveles nombrados. La Persona Codependiente pierde así el control de su propia vida y sus propios límites (los que le pondría al otro de no verse afectado por su personalidad codependiente) e invierte toda su energía en el adicto.
(*1. generalmente hacia un familiar, aunque en ocasiones veremos que no sólo puede darse una codependencia hacia familiares, sino que también puede darse hacia pacientes en determinadas personas con perfiles profesionales “de ayuda” concretos si se dan las circunstancias nombradas en las personas codependientes).
(*2. sea alcoholismo u otra adicción hacia substancias químicas; pero también veremos que se da codependencia hacia personas con enfermedades crónicas físicas o mentales, o hacia pacientes depresivos , o con problemas emocionales, o en padres de hijos con problemas comportamentales, …, entre otros).
--- Si bien muchos autores han trabajado el tema de la codependencia, el término no ha sido aceptado por
la Asociación Americana de Psicología (APA), dentro de su clasificación en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (
DSM-IV TR), aunque en el mismo (como Manual de Diagnóstico de los Problemas de Salud Mental) sí se habla de
Personalidad Coadictiva o Codependiente, y entre las múltiples
características de ésta nombra las siguientes:
-Exceso de desconfianza,
-Ansiedad,
-Angustia,
-Altamente emotivo y sensible,
-Hipervigilancia (aumento del nivel de conciencia, provocando un aumento de la actividad motora y verbal, aunque no su capacidad de atención real),
-Episodios depresivos,
-Ciclos periódicos de estrés,
-Antecedentes de consumo,
-Bajo nivel de autoestima,
-Dificultad para negarse a ayudar a los demás (y para decir no).
--- Las personas que tienen un problema de codependencia pueden presentarlo dentro de un continuo: ya que diferentes personas pueden mostrar diferente nivel de afectación de la sintomatología a nivel personal, familiar, laboral y social. No todos quienes se muestran afectados por este tipo de comportamiento lo están en un mismo nivel, sino que la gravedad de afectación varía de una persona a otra. Y cuanto mayor sea la problemática, como es obvio, mayor será la dificultad de su recuperación, y cuanto menor sea su sintomatología mayor la facilidad de solución de su problema y el proceso de recuperación y mejora en la persona.
--- En la práctica clínica, en el trabajo con personas con adicciones, los clínicos nos encontramos con realidades que pueden asombrar a quienes no las conocen y que sin embargo para nosotros son evidentes, ya que conocemos la problemática de la codependencia: una de ellas es que a pesar de los años de consumo y reiterados fracasos a la hora de solucionar sus problemas con las drogas, las personas con adicción se encuentran acompañadas y cobijadas por sus familias (padres, madres, parejas, hermanos e hijos).
Esta circunstancia destaca especialmente en personas se mantienen al lado del enfermo a pesar de múltiples recaídas del enfermo alcohólico o adicto, y de las múltiples promesas hechas en balde ya que no se han cumplido. Esto es debido a que igual que el enfermo adicto tiene una problemática, la persona que lo acompaña presenta también la suya propia, sintiéndose “víctima” de la adicción (que actúa como “verdugo”), de su familiar, de la cual estas personas necesitan para mantener su “estabilidad emocional” sintiéndose “cuidadores” llevando a cabo la acción de “ayudar” (aunque con su conducta realmente ayudan a mantener, sin saberlo, la adicción del adicto) a esas personas que sienten como necesitadas, los adictos. Por eso es tan importante conocer este problema, para poder buscarle soluciones e intervenir en su tratamiento, para que no se siga repitiendo este círculo relacional entre la persona codependiente y el adicto.
Ayudar al codependiente, paradójicamente, puede ayudarle no sólo a él, sino que puede ser el inicio del fin de la dependencia química (o de otro tipo) del familiar adicto, si la persona con adicción realmente quiere dejarla (y sino, al menos, le da la posibilidad al codependiente de conocer que no es así, que su familiar no está dispuesto a hacer cambios, y a dejar de su adicción, y de continuar igualmente con el cambio de su vida). Por esto la importancia de manejar el concepto de codependencia, y de que el codependiente sepa identificarse como tal, pues el darse cuenta de su problema puede constituir el inicio de una demanda de ayuda para buscar la solución a una mejora de su sintomatología y a la disminución progresiva de su malestar emocional, social , personal y familiar, según avance en su terapia individual y grupal (en su autoconocimiento, y en su proceso de cambio y de autorregulación) .
--- La definición de Freixa, y de Miller (expertos en codependencia) sobre el codependiente es: “la persona que el comportamiento de otra persona le afecte (añadimos nosotros, ejemplo: la adicción del otro y las conductas asociadas a ésta, como el engaño continuo …) y que está obsesionado por controlar dicho comportamiento” (y piensa qué hacer para que el otro deje ese comportamiento: dejando así mirar lo que necesita para sí mismo/a ya que su obsesión es ocuparse del otro, y del comportamiento del otro). “La personalidad, la vida social, laboral y afectiva de estas personas se ven trastornadas por la presencia del adicto o dependiente de sustancias).
Los miembros del entorno familiar asumen las responsabilidades de la economía doméstica (no siempre, matizamos, en ocasiones no llega a ser así, dependiendo del nivel de adicción y afectación al que llegue el adicto) y, en ocasiones, son maltratados por los adictos y dejan de velar por su propio bienestar. A su vez el codependiente tiene dificultad para experimentar niveles apropiados de autoestima, establecer límites funcionales, asumir la propia realidad, reconocer y satisfacer las propias necesidades y deseos, y experimentar y expresar la propia realidad con moderación. Siendo así como la codependencia se manifiesta en dos áreas claves de la vida del codependiente: la relación que mantiene consigo mismo y la relación que mantiene con los otros (los otros significativos).
Para qué hemos de considerar un cambio en la relación consigo mismo/a en la persona codependiente: con el objetivo de que esta relación se transforme en sana, como parte de su terapia ya que (mencionando las palabras de Mellody Beattie, Exalcohólica y autora reconocida de libros sobre Codependencia) “la propia relación más importante es aquella con uno mismo, y cuando ésta se relación es respetuosa y afirmativa, entonces las relaciones con los otros se vuelven automáticamente menos disfuncionales y más respetuosas y afirmativas”. Es decir, que potenciando un modelo relacional de respeto, que fortalezca la autoestima de la persona codependiente, además favorecemos un cambio de ésta en sus relaciones externas o que mantiene con las otras personas.
--- Según Charles L. Whitfield la codependencia tiene al menos 12 características:
1.Es un desorden aprendido y adquirido.
2.Es evolutivo (o progresivo).
3.Es centrado exteriormente (hacia o en el otro).
4.Es una enfermedad en la que se pierde el sentido de sí mismo.
5.Tiene distorsiones en los límites personales.
6.Es un desorden emocional, manifestado especialmente por un vacío, una baja autoestima, vergüenza, miedo, enojo, confusión e insensibilidad (hacia el/ella mismo/a, ya que hacia el otro es al contrario).
7.Produce dificultades en las relaciones intrapersonales (hacia uno mismo)
8.Es un desorden primario.
9.Es crónico.
10.Es progresivo.
11.Es maligno.
12.Es tratable.
--- T.L. Cermak plantea los siguientes criterios diagnósticos para la codependencia:
1.Continua inversión de autoestima en la habilidad para controlarse a sí mismo y a los demás frente a serias consecuencias adversas.
2.Asumir la responsabilidad para cumplir con las necesidades de otros, al punto de excluir el conocimiento de sus propias necesidades.
3.Ansiedad y distorsión de límites alrededor de la intimidad y la separación.
4.Involucrarse en relaciones con personas que padecen desórdenes de personalidad, dependiente de sustancias y trastornos del control de impulsos.
5.Muestran al menos tres de los siguientes síntomas:
▪ Acude excesivamente a la negación (de su problema).
▪ Incapacidad para expresar sus emociones (con o sin explosiones “dramáticas”).
▪ Depresión.
▪ Hipervigilancia.
Alteración positiva
de la
conciencia, consistente en una elevación-aumento patológica/o del nivel de la misma. La persona percibe un apertura de conciencia, la cual provoca un aumento en la actividad motora y verbal, aunque estos estados no originan un mayor rendimiento, no se trata de una mejora real de la atención.
▪ Compulsiones.
▪ Ansiedad.
▪ Abuso de sustancias (alcohol y drogas).
▪ Víctima recurrente de abuso físico o sexual.
▪ Enfermedades somáticas (o psicosomáticas: con sintomatología externa orgánica, pero de origen psicológico, a causa de malestares psíquicos frecuentemente no expresados o verbalizados) relacionadas con el estrés.
▪ Ha permanecido en una relación en la cual ha sido maltratado y abusado constantemente, por al menos dos años, sin buscar ayuda externa.
--- Recordemos la imagen de las dos figuras tan "unidas-confusas" y cohesionadas, que no existía una indiferenciación entre ellas y en la que os hablaba de una confusión de los límites entre ellas.
Pues ahora veamos otra representación gráfica de cómo los límites entre el codependiente y la persona adicta o de la que depende el codependiente, no están bien delimitados, no están definidos, pues el CODEPENDIENTE SE RESPONSABILIZA DEL OTRO (de cómo piensa, siente o actúa el otro, por ejemplo el familiar adicto,), Y AL MISMO TIEMPO RESPONSABILIZA AL OTRO DE CÓMO SE SIENTE ÉL/ELLA (el adicto, por ejemplo el alcohólico, es responsable de cómo pienso yo, de cómo me siento yo, de cómo actúo yo, es decir, yo soy una víctima del adicto; éste, siente, que le controla)
--- Algunos ejemplos de codependencia o formas en que se puede mostrar la codependencia (cuya sintomatología, no necesariamente, y probablemente, dependiendo de cada caso particular, no se presenta en un grado de gravedad tan elevado como en el de familiares de personas con adicciones, o de enfermos crónicos físicos/mentales graves; *3 ) son las siguientes (fuente citada por Esther Redolosí, en su blog de Psicología, tomado de Melissa Karnaze):
- La joven que cree que necesita un caballero de brillante "armadura" para salvarla de su vida.
- El joven que cree que no puede expresar sus sentimientos, porque no será aceptado por la sociedad (ahí vemos los introyectos tragados por entero, y que no han sido “masticados”).
- La madre que se define (exclusivamente) por los éxitos de sus hijos o las faltas.
- El padre que siempre tiene que ser fuerte y bueno para sostener a la familia (y que no se puede permitir ser “débil” y mostrar su fortaleza, quizás ni sentirla).
- La persona que constantemente se ocupa de otras personas sin su consentimiento.
- La persona que compulsivamente intenta controlar a los demás, aunque sea en nombre de su interés superior.
- La persona que no puede dejar una relación abusiva.
- La persona que no puede establecer límites sanos.
• La persona que no puede salir de una relación por el que la otra persona no está mental, emocional o físicamente disponible.
(*3) Recordemos que en el test de codependencia (aparecido en la anterior entrada sobre Codependencia) hablábamos de problemas con ésta sólo con puntuaciones media-altas o muy altas ( cuanto mayor sintomatología mayor malestar y presencia de disfuncionalidad en los diferentes niveles de la vida del codependiente: personal, familiar, laboral y social), y existe un área de codependencia segura en el que parte de la población se encuentra (cuando se obtienen puntuaciones bajas en dicho test), sin un cuadro clínico al respecto, sólo con síntomas aislados.