jueves, 6 de octubre de 2011

EL IDIOMA DE LOS NIÑOS



                                     

Os invito a la lectura de este post  con un artículo  publicado en la página web del Centro de Psicología y Terapia Gestalt Terapiados.net , de una colega  Psicoterapeuta Gestalt, Cristina de la Cuadra Aracil, formada en el  Instituto Francés de Terapia Gestalt, como quién os escribe. (  Uso en mi entrada el título del artículo original por su capacidad de transmitir, mucho más que otros como serían "El lenguaje de los niños", o "La comunicación infantil").

En él nos acerca a una postura desde nuestro yo infantil hacia nuestro hijos-niños. "Desde su altura", tanto físicamente, como desde esas emociones no controladas que emergen en el JUEGO o en momentos espontáneos de expresión no controlada de sus emociones infantiles.

Nos habla de potenciar una comunicación en la que propiciemos momentos en los que viamos la complicidad con el otro (nuestro hijo)  y a través de los que podemos olvidarnos por un momento de esa actitud  "de estar en guardia" que nos lleva a  una  "postura de adultos" ( "yo sé más que tú y no puedes enseñarme nada", "yo sé lo que necesitas y es bueno para ti en todo momento", "yo sé qué te pasa y porqué actúas como lo haces" ) ... Actitudes que podemos mostrar sin realmente habernos tomado el tiempo de escuchar previamente al niño, desde una escucha activa, como la autora dice, con todos nuestros sentidos. 



                                                              

Es importante actuar  teniendo en cuenta no "sólo lo aparentemente evidente" sino las emociones no tan visibles, ni expresadas por el niño, cuando no se siente aceptado sino juzgado, no tenida en cuenta su vivencia (o la importancia que tiene para él cómo vive lo que le pasa) o no comprendido.

El juego sincero con él/ella, y una comunicación entregada (teniendo en cuenta sus demandas de atención, sus expresiones no controladas de emoción, su necesidad de movimiento, de juego compartido con él ,.., en definitiva, sus necesidades propias de su momento evolutivo), con nuestro hijo favorece en nosotros, adultos, una actitud relajada, expresiva, de acogimiento, el deseo de compartir y disfrutar juntos en este momento (aquí y ahora), de escucha y de olvido "del adulto" (con sus mecanismos defensivos), un surgir de nuestro niño interior con ganas de jugar, sentir, abrirse y  expresarse, que comunica y facilita estas mismas actitudes en nuestro hijo. 
La actitud anterior abre la puerta a una forma de comunicación empática con él (ponernos en el lugar del niño, pero desde nuestro niño interior, no desde el adulto), para así poder acercarnos a sus emociones y realmente al comprenderle,  nuestra forma de "intervención" con él cambia (pues nuestra comprensión de él y nuestra postura ha evolucionado al tener en cuenta su desarrollo y necesidades afectivas propias de su desarrollo evolutivo), cambiando así y mejorando nuestra  relación paterno-filial.

Cuando nos permitimos no tener que respondernos enseguida ¿y ahora qué hago?, ¿cómo actúo? en la búsqueda de una solución educativa, sino darnos el tiempo de conocer qué sucede realmente y en lo profundo qué hay detrás de una actitud de nuestro hijo/a que pongamos por caso "nos desagrade o disguste", nuestro hijo siente y recibe este acompañamiento, acogimiento y apoyo que como padres le damos. Estamos ayudándole a madurar,  crecer y a que pueda hacer cosas buenas para él sin necesidad de una rebelión desde el cabreo (ya que se siente realmente tenido en cuenta como persona) y la rabia.

Es un tema apasionante el observar y trabajar en hacer de estos momentos de placer, de escucha activa con todos lo sentidos, un momento esperado del día en la relación padre/madre-hijo/a , conforme se va convirtiendo en una base de la comunicación de una familia, sentir la satisfacción que crea a nivel familiar y ver los cambios que favorece.


Os dejo con el artículo mencionado, en el que resalto (mediante el color, el subrayado y la negrita) algunos aspectos que me parecen significativos.


"La comunicación es una de las claves en la mejora de las relaciones padre-hijo."

 Sabemos que muchas veces en las cosas más sencillas es donde vamos a encontrar el bienestar y la felicidad. Otras tantas dejamos que el día a día nos lleve a una espiral de estrés e incomunicación de la cual somos víctimas y ejecutores al mismo tiempo. Es tan sencillo como parar un momento para pensar en ello y tomar las riendas de nuestra propia vida.

Con los niños nos sucede a cada instante. Ellos nos intentan muchas veces recordar cual es el sentido de la vida, con sus ganas constantes de juego, con sus reclamos de afecto y atención, con sus desinhibiciones emocionales… Tienen tanto que aprender como que aportar(nos). No hay un modo mejor de relacionarse con un niño que en su propio idioma, el juego, el movimiento, la expresión no controlada de la emoción… Además, este idioma no nos es desconocido, nosotros también fuimos niños y por eso, recordando como nos sentíamos de niños, nos estamos acercando a ellos, y a nosotros mismos al mismos tiempo. Nos hace bien dejar la “posición adulta” y permitirnos la espontaneidad que a lo largo de los años hemos ido negándonos.

En la búsqueda de este punto de encuentro entre madres, padres e hijos podremos realzar el contacto, refrescar al inconsciente, aunque sea durante unos instantes al día, cual es el origen de la relación, procurando hacer presente el momento. Aquí y ahora estamos juntos, aquí y ahora nos sentimos. Sin censuras, sin hacer, sólo estando y acogiendo lo que ocurre tal cual aparece, seremos capaces de entender mejor. Esperando, sin intentar resolver prematuramente. En la escucha desde cualquiera de los sentidos… Así, podemos hacer que nuestras conexiones neuronales conozcan cual es el camino que han de repetir. Expresarse y poder relajarse forman parte del aprendizaje de la relación que mantenemos. Y es tan sencillo como aceptarse a uno mismo y al niño que llevamos dentro que se comunica con nuestro hijo. Si nos sentimos comprendidos en todos los niveles, podemos bajar la guardia, relajarnos y disfrutar. Antes no."


Cristina De la Cuadra Aracil
Psicóloga, Terapeuta Gestalt y Educadora

Enlace: http://terapiados.net/es/2011/09/23/el-idioma-de-los-ninos/

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