Me doy permiso para
disfrutar en el trabajo.
En vez de una maldición bíblica
y del mensaje de tener que
"ganar el pan con el sudor de
la frente",
con esfuerzo agotador,
con fatigas innecesarias,
el trabajo me permite relacionarme
útilmente con el mundo.
¡ Soy válido ! ¡ Soy capaz !
Me permito ser creativo,
tomarme el trabajo como juego
y exploración,
como expresión de mis capacidades
y mis fulgores,
y momentos de hallazgos
extraordinarios.
El trabajo es también
una diaria sorpresa positiva.
Joaquín Argente
Me doy permiso para ...
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