sábado, 2 de abril de 2011

Hablemos de SENTIMIENTOS

¿Qué es eso que llamamos sentimientos?. ¿Conocemos bien nuestros sentimientos?. ¿Conocemos bien qué hacemos con ellos?

¿Los hay “positivos”?, ¿los hay “negativos”?. ¿Cómo hemos llegado a considerar positivos o negativos nuestros sentimientos?. ¿Qué hacemos con esos sentimientos que hemos llegado a catalogar de negativos?: ¿nos los callamos y reprimimos, lo expresamos llegando a la violencia, …?. ¿Cómo canalizamos la expresión de nuestros sentimientos negativos: sabemos hacerlo?. ¿Qué hacemos con nuestros sentimientos: no las vemos (no somos conscientes de su existencia  en nosotros, apartándolos de nuestra consciencia) impidiéndonos el “darme cuenta” de ellos, los llevamos al acto, los proyectamos en otros a modo de espejo, los retroflectamos contra nosotros mismos al sentir que no puedo hacérselos partícipes al otro…?
(Si estás interesado en este artículo tal vez también quieras leer el siguiente: “Los mecanismos de defensa. Última parte del Artículo “Miedos al cambio”; en el que hablamos de qué son la proyección, introyección… y cómo funcionan estos mecanismos de defensa, que utiliza la persona cuando necesita protegerse de una realidad que en ese momento no puede confrontar)

Esta reflexión me hace recordar una de las “Palabras a mí mismo” de Huhg Prather, que os invito a leer poniendo vuestra consciencia y vuestro sentir en cada una de sus palabras, que aquí os reproduduzco, y que os ofrezco como una nueva oportunidad para entrar en el conocimiento del sí mismo (o de nuestro self):

Hubo un tiempo en que
pensaba que para “ser auténtico”
bastaba con actuar del modo que sentía.

Al preguntarme qué deseaba decirle a alguien
sólo cosas negativas acudían a mi mente
Al escrutarme, lo negativo se imponía primero.
Reparaba en ello porque era socialmente inadecuado
o porque temía sentir de ese modo.
Luego descubrí que detrás de los sentimientos hostiles
Había otros más positivos en una zona profunda
que surgían al darme tiempo.
Mientras más intensamente trataba de “ser yo”
nuevos “yo” encontraba.
Ahora creo que ser fiel a mí mismo implica
no sólo reconocer todo lo que siento
sino que haciéndome responsable de mis actos,
optar por responder a una parte de mis sentimientos.

Cuando empecé a tratar de ser auténtico
me sentí muchas veces atrapado por mis sentimientos.
Pensaba que debía contar con ellos,
que no podría modificarlos
y que no debería hacerlo aunque  pudiera.
Había en mí muchas emociones
negativas que no me gustaban
y sin embargo, creía que debía expresarlas
si deseaba ser yo mismo.

Desde entonces he comprendido
que los sentimientos se modifican
y que puedo contribuir a su cambio.
Se transforman al darme cuenta de ellos.
Cuando reconozco mis sentimientos,
se vuelven más positivos
y también se transmutan al expresarlos.
Al decirle a un hombre que no me gusta
ya me gusta más.

También he comprendido
que el no querer expresar algo negativo
es también un sentimiento, una parte de mí
y al ceder a esta fuerza contraria
soy realmente más fiel a mí mismo."




jueves, 31 de marzo de 2011

NECESIDADES de los AUTISTAS: ¿Qué nos pediría un autista?.

El próximo 2 de Abril se celebra el Día Mundial del Autismo, y queremos colaborar en la celebración de este día, con un artículo que ayude a la identificación y comprensión de las necesidades  de las personas que tienen autismo.

Nuestro deseo es ayudar a difundir sus necesidades especiales, esperando que dando a conocer éstas, podamos poner un pequeño granito de arena  en la concienciación sobre las necesidades educativas especiales de personas con Trastornos Generalizados del Desarrollo. 

Desde Centro de Psicología Gestalt,  queremos dar nuestro apoyo en la labor de integración en la sociedad, de las personas con autismo, a sus familiares, a las personas del entorno significativos de las personas que lo padecen, acercándoos a un mundo desconocido para muchos, como es el del autista.


Documento elaborado y facilitado por  la Universidad Autónoma de Madrid en su página web ( extraído de A.Rivière):        http://www.uam.es/personal_pdi/psicologia/adarraga/studs/autismo/Necesidades.htm.

Ayúdame a comprender. Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Dame orden, estructura, y no caos.

No te angusties conmigo, porque me angustio. Respeta mi ritmo. Siempre podrás relacionarte conmigo si comprendes mis necesidades y mi modo especial de entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y me desarrolle cada vez más.

No me hables demasiado, ni demasiado deprisa. Las palabras son "aire" que no pesa para ti, pero pueden ser una carga muy pesada para mí. Muchas veces no son la mejor manera de relacionarte conmigo.

Como otros niños, como otros adultos, necesito compartir el placer y me gusta hacer las cosas bien, aunque no siempre lo consiga. Hazme saber, de algún modo, cuándo he hecho las cosas bien y ayúdame a hacerlas sin fallos. Cuando tengo demasiados fallos me sucede lo que a tí: me irrito y termino por negarme a hacer las cosas.

Necesito más orden del que tú necesitas, más predictibilidad en el medio que la que tú requieres. Tenemos que negociar mis rituales para convivir.

Me resulta difícil comprender el sentido de muchas de las cosas que me piden que haga. Ayúdame a entenderlo. Trata de pedirme cosas que puedan tener un sentido concreto y descifrable para mí. No permitas que me aburra o permanezca inactivo.

No me invadas excesivamente. A veces, las personas sois demasiado imprevisibles, demasiado ruidosas, demasiado estimulantes. Respeta las distancias que necesito, pero sin dejarme solo.

Lo que hago no es contra ti. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si destruyo algo o me muevo en exceso, cuando me es difícil atender o hacer lo que me pides, no estoy tratando de hacerte daño. ¿Ya que tengo un problema de intenciones, no me atribuyas malas intenciones!

Mi desarrollo no es absurdo, aunque no sea fácil de entender. Tiene su propia lógica y muchas de las conductas que llamáis "alteradas" son formas de enfrentar el mundo desde mi especial forma de ser y percibir. Haz un esfuerzo por comprenderme.

Las otras personas sois demasiado complicadas. Mi mundo no es complejo y cerrado, sino simple. Aunque te parezca extraño lo que te digo, mi mundo es tan abierto, tan sin tapujos ni mentiras, tan ingenuamente expuesto a los demás, que resulta difícil penetrar en él. No vivo en una "fortaleza vacía", sino en una llanura tan abierta que puede parecer inaccesible. Tengo mucha menos complicación que las personas que os consideráis normales.

No me pidas siempre las mismas cosas ni me exijas las mismas rutinas. No tienes que hacerte tú autista para ayudarme. El autista soy yo, no tú!

No sólo soy autista. También soy un niño, un adolescente, o un adulto. Comparto muchas cosas de los niños, adolescentes o adultos a los que llamáis "normales". Me gusta jugar y divertirme, quiero a mis padres y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa.

Merece la pena vivir conmigo. Puedo darte tantas satisfacciones como otras personas, aunque no sean las mismas. Puede llegar un momento en tu vida en que yo, que soy autista, sea tu mayor y mejor compañía.

No me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo que tomar una medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista.

Ni mis padres ni yo tenemos la culpa de lo que me pasa. Tampoco la tienen los profesionales que me ayudan. No sirve de nada que os culpéis unos a otros. A veces, mis reacciones y conductas pueden ser difíciles de comprender o afrontar, pero no es por culpa de nadie. La idea de "culpa" no produce más que sufrimiento en relación con mi problema.

No me pidas constantemente cosas por encima de lo que soy capaz de hacer. Pero pídeme lo que puedo hacer. Dame ayuda para ser más autónomo, para comprender mejor, pero no me des ayuda de más.

No tienes que cambiar completamente tu vida por el hecho de vivir con una persona autista. A mí no me sirve de nada que tú estés mal, que te encierres y te deprimas. Necesito estabilidad y bienestar emocional a mi alrededor para estar mejor. Piensa que tu pareja tampoco tiene culpa de lo que me pasa.

Ayúdame con naturalidad, sin convertirlo en una obsesión. Para poder ayudarme, tienes que tener tus momentos en que reposas o te dedicas a tus propias actividades. Acércate a mí, no te vayas, pero no te sientas como sometido a un peso insoportable. En mi vida, he tenido momentos malos, pero puedo estar cada vez mejor.

Acéptame como soy. No condiciones tu aceptación a que deje de ser autista. Sé optimista sin hacerte "novelas". Mi situación normalmente mejora, aunque por ahora no tenga curación.

Aunque me sea difícil comunicarme o no comprenda las sutilezas sociales, tengo incluso algunas ventajas en comparación con los que os decís "normales". Me cuesta comunicarme, pero no suelo engañar. No comprendo las sutilezas sociales, pero tampoco participo de las dobles intenciones o los sentimientos peligrosos tan frecuentes en la vida social. Mi vida puede ser satisfactoria si es simple, ordenada y tranquila. Si no se me pide constantemente y sólo aquello que más me cuesta. Ser autista es un modo de ser, aunque no sea el normal. Mi vida como autista puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya "normal". En esas vidas, podemos llegar a encontrarnos y compartir muchas experiencias.



Así mismo os acercamos el enlace a un blog dirigido al autismo, que aporta material que nos parece interesante para conocer y trabajar algunos aspectos cognitivos del autismo (en el que también aparece este contenido sobre las necesidades de un autista) :

http://videotecautista.blogspot.com/2008/01/qu-nos-pedira-un-autista-arivire.html





domingo, 27 de marzo de 2011

DUELOS EN LA ADOLESCENCIA


                                                                


     Hay diferentes teorías sobre LA ADOLESCENCIA, aquellas que la definen en términos biológicos, otras en términos de edad cronológica (sus etapas y límites: adolescencia temprana de los 11 a los 14 años, adolescencia media de los 14 a los 17 años, y adolescencia tardía de los 17 a los 19 años o más). Hay delimitaciones de la misma, basándose en funciones de los roles o funciones que se llegan a adquirir durante el proceso y al final de ella, a nivel social (considerando así,  que hay algunas personas adultas que pueden ser adolescentes, desde el punto de vista psicológico, aunque sean mayores y tengan sus propios hijos, ya que la madurez no es sólo cuestión de años ). También podemos concebir este perído a través de los correlatos evolutivos y psicológicos (entre ellos considerando aspectos relacionales, psicoanalíticos …) Sin embargo, si integramos estas diferentes visiones, podemos llegar a una comprensión integradora de esta etapa evolutiva. Y esto nos ayudará a establecer qué es la “adolescencia normal” y cuándo llegamos a aspectos “psicopatológicos” o a manifestaciones “patológicas” de la adolescencia.


    Anna Freud dice que es muy difícil señalar el límite entre lo normal y lo patológico en la adolescencia, y considera en realidad toda la conmoción de este período de la vida como normal, señalando además que lo anormal sería la presencia de un equilibrio estable durante el proceso adolescente. Teniendo en cuenta esta base, y a la vez el criterio evolutivo de la psicología, podemos aceptar que la adolescencia más que una etapa estabilizadora es proceso y desarrollo. Debemos, así comprenderla, para no ubicar aspectos de la realidad de esta etapa en el contexto de “conductas que constituyen desviaciones” del desarrollo adolescente.
 
     El adolescente atraviesa por desequilibrios e inestabilidad extremas. A.Aberastury habla de un “síndrome normal de la adolescencia”, como una entidad “semipatológica”. Un síndrome que es perturbación y perturbador no sólo para el adolescente, sino también para el mundo adulto (sobre todo para las figuras referentes del adolescente, para sus educadores, e incluso para la sociedad en la que vive el adolescente), pero necesario, absolutamente necesario para el adolescente, ya que en este proceso va a establecer su identidad, que es un objetivo fundamental de este momento de su vida.
    Para ello, el adolescente no sólo debe enfrentarse al mundo de los adultos, para lo cual no está del todo preparado, sino que además debe desprenderse de su mundo infantil, en el cual y con el cual, en su evolución normal (hasta ese momento, antes de la pubertad), vivía cómodo y placenteramente, además de en relación de dependencia (hacia las figuras paternas, dependencia que ha de romperse en un desarrollo sano característico de la adolescencia), con necesidades básicas satisfechas y roles claramente establecidos. Todo esto va a cambiar con la adolescencia, y el adolescente “se rompe” por dentro (al igual que le transmite esta vivencia a sus padres, a los que también les “rompe”, desmonta o confronta, su sistema establecido de valores, normas, creencias … que tenían establecidos, y que habían transmitido a su familia).

    Según Aberastury podemos decir que el adolescente realiza tres duelos (o pérdidas) fundamentales:

1.El duelo por el perdido (cambio que es la base biológica de la adolescencia), que se impone al individuo que no pocas veces tiene que sentir sus cambios como algo externo a los cuales se enfrenta como espectador impotente de lo que ocurre en su propio organismo sin poder hacer nada al respecto.
Por ejemplo: La de 10-11 años con cuerpo de 14-15 años creará una desarmonía, que aunque después se ajustará, pero en principio le va a crear esa desarmonía entre cómo aún se siente niña, y cómo su cuerpo muestra señales de una edad mental que no le corresponde (y se le puede llegar a pedir o exigir que se comporte en sus roles con una edad evolutiva-psicológica y madurez que no tiene ni le corresponde, si sus figuras referentes no recaen en ello). O cuando el adolescente  se impacienta, molesta, cabrea o entristece, o siente impotencia ante un cuerpo que no puede controlar (cuando aparece el acné).

Pensemos, por ejemplo, en la percepción que un adolescente puede tener en un momento dado de su cuerpo, o de partes de su cuerpo, convirtiéndose en un motivo de queja persistente hacia sus padres.
    En estos casos el papel de apoyo de los padres, su ayuda, aunque los menores afirmen que no les gusta, es fundamental (realmente es un “alimento” que les llega, y favorece su autoafirmación).

2.El duelo por el rol y la identidad infantil, que le obliga a renunciar a de la dependencia y a una aceptación de responsabilidades que muchas veces desconoce. Tiene que dejar de ser niño y empezar a hacer de adulto, perdiendo así , en ocasiones renunciando (aunque no expresándolo en ocasiones, al menos no a los padres) a su identidad infantil. Puede ser como una ambivalencia: pelean por ser mayores pero justo cuando se ven ahí, sienten pánico y retroceden.
    Los padres es importante que estén en esos cambios de sus hijos: “ahora soy mayor, ahora soy pequeño”.

3.Duelo por los padres de la infancia, a los que persistentemente trata de retener en su personalidad, buscando el refugio y la protección que ellos significan (aunque hagan todo lo posible porque no parezca así).
Por ejemplo, ante las normas, aunque se las salten, su existencia, saber que están ahí, les da la seguridad de saber cuáles son.

..............

    En los casos de adolescentes que vienen a terapia, estos tres duelos de los que os hemos hablado hoy, aparecen de una forma u otra en nuestro trabajo conjunto a través de la relación terapéutica (entre el adolescente y el terapeuta y también en las sesiones de padres cuando así es necesario, a los que además se les proporcionará  pautas educativas para facilitar el tránsito por estos duelos, y el trabajo de la relación paterno filial con su hijo/a).




domingo, 20 de marzo de 2011

"TODO CAMBIA, LO ÚNICO ESTABLE ES EL CAMBIO". La necesidad de control ...

Hola a todos, continuamos con nuestros artículos de una sección que bien podríamos llamar "Favoreciendo la reflexión":

Quienes nos seguís ya conoceréis seguramente alguna de las reflexiones que Hugh Prather se plantea en “Palabras a mí mismo”. Hoy vamos a daros a conocer otros pensamientos del autotr que permitiría trabajar diferentes temas de autoconocimiento o terapia, como los siguientes:  “todo cambia, lo único estable es el cambio, la capacidad del ser humano de adaptarse a los cambios, la necesidad de las personas de control, los avances y regresiones que damos en nuestro camino y evolución, la identidad … “.

Cuando me parece haber aprendido un modo de vivir,
la vida cambia
y me deja igual que al comenzar.
Mientras más se modifican las cosas
menor es mi cambio.
Mi vida oscila irónicamente
entre la madurez y la regresión.

Mi sensación de progreso se basa en la ilusión
de que las cosas a mi alrededor no van a cambiar
y que finalmente he logrado
un poco de control sobre ellas.
Nunca habrá medios orientados
hacia fines, tan sólo medios.
Yo soy un medio. Soy el que empezó.
Cuando termine
seré lo que ha quedado de mí.




Deseamos que os sea útil en vuestro proceso de desarrollo personal.

Un cálido saludo, a todos vosotros, nuestros seguidores.
Centro de Psicología Gestalt.

viernes, 18 de marzo de 2011

La capacidad de RESILENCIA en el ser humano.

En otro artículo, más adelante,  hablaremos de las diferentes etapas  por la que podemos pasar las personas en el afrontamiento de un duelo en la pérdida de un ser querido. Etapas que forman parte del marco en que aprendemos a aceptar la pérdida de un ser querido: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Son etapas que sirven para identificar lo que la persona que está en proceso puede estar sintiendo. Pero no son "paradas" en ningún proceso de duelo "lineal" ( todas las personas no pasamos necesariamente por todas ellas, ni lo hacemos necesariamente en ese orden).

Hoy, sin negar la existencia de esas etapas del duelo, queremos hablar de una capacidad que tenemos y mostramos las personas, en ocasiones durante el mismo proceso de duelo, incluso, y en otras al final de nuestro recorrido por éste, la resilencia.

El ser humano,  tiene lo que se ha venido llamando  la capacidad de resilencia, incluso ante grandes tragedias humanas. Queremos compartir con vostros un artículo sobre LA RESILENCIA, aparecido en el periódico La Nación, y que alguno de vosotros ya lo habréis visto colgado en nuestra página en facebook. Esperamos que os resulte interesante.

http://www.lanacion.com.ar/1354898-el-poder-de-la-resiliencia

No todo es dolor. Sección DUELOS.

Hola compañeros, amigos, colegas y seguidores:

Hoy queremos compartir con todos vosotros un escrito de Marta Bujó, sobre los duelos. Una reflexión acerca de lo que  le puede llegar a aportar a una persona, el final o cierre de su proceso de duelo tras el recorrido de éste.

Centro de Psicología Gestalt resalta que nuestra interpretación de duelo la hacemos en sentido amplio, no única y exclusivamente sobre la pérdida por muerte de un ser querido, sino también de otro tipo de duelos (pérdida sentimental de una persona querida, rupturas de pareja, de un proyecto vital compartido con otra persona, la pérdida de un trabajo, ... ) en su más amplio sentido (como pérdida y despedida de un ser o incluso de un bien material o "de algo" muy amado por una persona, con una significación relevante y emotiva para ella).

Iniciamos así una sección dirigida a artículos sobre "El duelo" (en el sentido integrador que le damos a este término). Deseamos y esperamos poder aportaros información útil en este campo de trabajo.



No todo es dolor

A pesar de todo creo que hay más que dolor en un duelo.
Existe por ejemplo el coraje de llegar dónde nunca llegaste.
Y en el acto de dejar atrás hay algo de salir al encuentro.
Y cada adiós oculta silencioso un bienvenido.
La existencia es tan sólo una mezcla extraña
de finales y principios.
Y las despedidas mucho más un tema de la vida que de la muerte.


Y lo creo porque otros vivieron lo contrario,
porque otros que sufrieron primero
crecieron después del dolor.
Es por eso que sé que no estoy sola,
que avanzo día y noche acompañada.
Que hay otros que dejando su marca en el camino
encontraron más tarde … caminando,
el sentido verdadero de haberlo recorrido.

  
                               Marta Bujó.


Os agradecemos vuestro apoyo, siguiéndonos en el día a día y os enviamos un abrazo.
CENTRO DE PSICOLOGÍA GESTALT
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