miércoles, 4 de julio de 2012

SEÑALES DE ADVERTENCIA DE VIOLENCIA DE GÉNERO (Primera Parte)






                                                  
Es importante conocer qué características son comunes a los hombres que son maltratadores (para poder identificarle si estás iniciando una relación con un hombre que manifiesta éstos aspectos en su forma de relacionarse, o si lo está haciendo una amiga tuya, o una mujer de tu familia, que necesita tu ayuda aunque no te la pida). En primer lugar, saber que no existe un perfil de maltratador como tal, pues pueden ser hombres muy diferentes, en cuanto a estatus social y económico, estudios, creencias religiosas, adscripción política, educación, hábitat, etc. En lo único en lo que coinciden es en SU COMPORTAMIENTO HACIA LAS MUJERES QUE COMPARTEN SUS VIDAS.

Si nos preguntamos ¿qué es lo que lleva a un hombre a maltratar? (como veíamos en la entrada anterior hay quién cree que son locos, enfermos … ya vimos los mitos al respecto), hemos de destacar que EL HOMBRE MALTRATADOR NO ESTÁ LOCO, NO ESTÁ ENFERMO (salvo excepciones), es un hombre “normal”. El hombre violento no se distingue de la “normalidad masculina” general. Puede ser simpático, seductor, atractivo, y “caballeresco” con actitudes de aparente ciudadano modelo (eso fuera de casa). Esto le permite camuflarse y pasar inadvertido al mundo exterior a su familia, tener carreras universitarias, ser funcionario, profesor, juez, empresario, obrero, médico, cocinero … (tener cualquier profesión). Sin embargo el hombre maltratador, aunque parezca un hombre “normal”, tiene ciertas características que nos puede permitir identificar a “UN LOBO CON APARIENCIA (en ocasiones, de “puertas para afuera”) DE CORDERO”.


CARACTERÍSTICAS DEL HOMBRE MALTRADOR:

• No es un enfermo mental.

• Tiene actitudes sexistas.

• Ve amenazado su poder en la familia. Necesitan reafirmarse y no toleran perder.

• Son obsesivos, necesitan que tienen el control y no toleran las negativas de la mujer.

• Manifiestan rigidez de pensamiento sobre lo que es una mujer y cuál es su papel. Quieren ejercer su autoridad y creen que la razón está de su parte.

• No asume la responsabilidad de sus actos violentos ni considera que tiene un problema. Es decir, tiene una actitud de víctima con enorme responsabilización hacia la mujer.

• Atribuye el problema a la conducta de la víctima, al trabajo, a problemas económicos (esta es una de sus formas de manipular emocionalmente)

• Fuera de casa puede ser educado, amable, seductor, respetuoso…

• Tiende a convencer a la mujer de que no podría vivir sin él (otra forma de manipularle emocionalmente: haciéndole sentir insegura de sí misma, de sus posibilidades, de su valía…).

• Son expertos manipuladores emocionales.

• Son peligrosos cuando se establece una relación con ellos.

• Tienen déficit de capacidad empática (de ponerse en el lugar de la otra persona, de su pareja), con ignorancia del sufrimiento de la víctima e ignorancia del efecto que producen.

• Tienden dependencia funcional de la mujer, no emocional. La mujer se ve como objeto de deseo y servicio. En tanto que no se enteran de lo que sienten (ellos), la mujer es traductora de sentimiento. Cuando ésta desaparece, aparece el temor.

• Se aíslan emocionalmente y no expresan más emociones que la cólera.

• Aparentemente tiene una autoestima muy elevada, pero no es real, porque en su vida cotidiana necesitan y dependen de sentirse superiores. Para conseguir esto, lo que les rodea debe ser inferior o creerlo ellos así. Tienen realmente una autoestima débil o baja.

• Son hombres hipercontrolados (pueden aparentar ante otras personas cuando saben que su conducta va a ser “evaluada” públicamente), ejercen violencia sobre la mujer cuando pierden el control.

• Es un hombre emocionalmente inestable.

• Sufren celos desmedidos e injustificados.

                                   Pero a pesar de esto, sí son “normales”





Veamos de forma ejemplificada, tanto en él como en ella, cuándo hay ya unas SEÑALES DE ALARMA de una relación en la que se da violencia de género.



SEÑALES DE ALARMA (ÉL)

  • Intrusión/Control hacia ella: Intentos de conocer y decidir sobre la vida diaria de ella. Llamadas telefónicas continuas. Acompañarla y llevarle a casa constantemente.

  • Celos: Excesiva preocupación por la relación que ella mantiene con sus amistades y familia (exagerados e injustificados celos/desconfianza, hacia ella y/o hacia los otros):
-         “Nadie te comprende mejor que yo”, “nadie sabe como yo lo que te pasa”.
-         “Si te vuelve a mirar le parto la cara, se va a enterar ese”.
-         “Vas provocando, quítate esa falda, o ese escote, o no hagas top less…”
-         “Tus amigas son unas estúpidas”, “tu amigo quiere algo contigo, ¿no lo ves?, es que tú eres muy ingenua y no te das cuenta”…

  • Manipulación emocional: Sea mediante el victimismo y la transmisión de la idea de ser culpable a la mujer, o la provocación de lástima, o también mediante el dominio/control caprichoso de la afectividad y la sexualidad con la pareja:
-         “Me tienes abandonado, te vas por ahí con … y me dejas sólo”.
-         “Si me dejas me mato, me estrello con el coche…”
-         “Te quiero … (ahora sí) – No te quiero … (ahora no)”.
-         “Ahora sí hacemos esto … porque me apetece”, “ahora nos vamos de aquí porque yo ya no quiero estar …”.

  • Aislamiento social: Intentar reducir la vida social de la otra persona de manera que se reduce los apoyos externos con los que ella puede contar.
-         “Sólo quieren aprovecharse de ti” (cuando incluso puede ser que sea él quién esté usando a la mujer económicamente…).
-         “Pasa de tu familia, ellos pasan de ti” (cuando puede estar ocurriendo que la familia de la mujer está intentando ayudarle a ver en qué mecanismo relacional de pareja se está introduciendo, a modo de ofrecerle sostén y ayuda para salir de ésta).

  • Valoración negativa o despectiva/sexista de las mujeres.
-         “Las mujeres son …” (con tonos muy peroyativos)
-         “Tú sólo vales para …” (siempre despectivamente)







SEÑALES DE ALARMA (ELLA)

En este aspecto, no se trata de lo evidente (lo que ella puede decir), sino lo que la mujer piensa (sus creencias) y sus sentimientos.

  • Sentimiento de Culpa y/o Lástima. Ella se siente responsable de los problemas de él o al menos de ayudarle a resolverlos y, por lo tanto, surgen sentimientos de culpa por las consecuencias de la posible separación.
De hecho si llega a darse la ruptura de la relación, si consigue separarse, en  casos en  que la mujer sufre abuso por parte de él, una vez separados,  muchas veces la mujer puede no denunciarle, por “lástima”, ya que “cómo voy a hacer esto a alguien que he querido…”. Es decir, ella puede seguir sintiéndose responsable de lo que a él le pasa (le sigue protegiendo más a él). Frente a lo mucho que le cuesta, a la mujer, autoprotegerse y cuidarse a sí misma (alejarse definitivamente de una relación muy “tóxica”). Le evita a él que asuma la propia responsabilidad de sus actos (como si se sintiera culpable, desleal … por no seguir protegiéndole, a pesar de que él sigue agrediéndole con su acoso: sus llamadas constantes, su seguir pediéndole continuamente que vuelvan, que le dé otra oportunidad…), impidiendo la devolución/asunción al otro sobre su propia responsabilidad en su forma de actuar como persona que es. 
  • Ocultación y Aislamiento. Cuando los demás o las demás personas le desaconsejan la relación, ella se siente incomprendida e invadida, de manera que evitan hablar con estas personas. También surge sentimiento de Vergüenza (ante lo que está viviendo, y la posibilidad de que otras personas sepan lo que les está haciendo su pareja).

  • Confusión y desorientación. Al principio ni siquiera identifica qué está viviendo, qué le está pasando (y como vimos en el ciclo de la violencia, puede no sentirse inicialmente como una víctima).

  • Baja autoestima y baja asertividad. Le cuesta tenerse en cuenta, defender sus deseos/necesidades; una forma de no autocuidarse es permitirse estar en una relación de violencia; empieza a dudar de sus criterios … A la vez que tiene dificultad para tomar decisiones por ella misma, pues tiene dependencia de él (de lo que él le diga que está bien, que “debería o no hacer”, lo que está bien o mal, lo que puede molestarle a él que ella haga …).

  • Excesiva preocupación por los asuntos de él. Continuos consejos y reproches a él, también buscando que él se comporte de otra forma (pues le resulta difícil pensar en ser ella quién cambie saliendo de esa relación en la que él no va a cambiar, pero ella lo espera continuamente, mantiene esa esperanza).

  • Sometimiento y Sumisión.

  • Repetidas “nuevas oportunidades”(a él, y a la relación que mantienen): La separación se aplaza una y otra vez.

  • Pensamientos y emociones contradictorias: Amor – Odio, Ira – Culpa, Euforia – Tristeza.

  • Trastornos psicosomáticos: Alteración del sueño y/o de la alimentación, ansiedad, dolores articulares o musculares sin causa definida, posibles problemas/alteraciones  del estado de ánimo, entre otras manifestaciones sintomáticas en el cuerpo, que expresan corporalmente ese gran sufrimiento emocional/psíquico de la mujer en esta relación.





Algo MUY IMPORTANTE es que una mujer metida en la dinámica de esta forma de relacionarse con su pareja, NECESITA AYUDA no sólo FAMILIAR, DE SUS AMIGOS, sino también PROFESIONAL, para poder salir de esta tela de araña en la que se ha metido, de la que puede ni ser consciente (ayudarle a darse cuenta de ello, primero, a que pueda reconocerse su realidad), además para trabajar, posteriormente, todos los aspectos de su autoestima, de su personalidad, y de su historia personal (la base en la que se han basado sus relaciones de parejas pasadas). Para construirse un presente y un futuro diferente, en el que tenga la posibilidad de superar las huellas dejadas por esta relación, y finalmente, de no repetir historia en una siguiente relación de pareja.
Esta mujer va a necesitar mucho apoyo y sostén emocional (no sólo de recursos quizás económicos, o materiales) de parte de todas las personas implicadas durante todo ese proceso de sanación emocional, psicológico, físico e incluso en ocasiones económico y/o profesional.
A nivel PSICOLÓGICO Y EMOCIONAL, existen muchas creencias negativas a trabajar, una forma de relacionarse de forma dependiente, muy baja autoestima, grandes dificultades para ver formas de salir de esa telaraña en la que se encuentra la mujer (cuando no una creencia de imposibilidad de lograrlo), sentimientos de culpa paralizantes, enfermedades psicosoáticas, situaciones inconclusas a nivel familiar (con grandes dosis de introyectos) y relacional..., aspectos todos ellos que es necesario trabajarlos con la mujer para que sea posible que además de salir de esta relación de violencia, no vuelva, posteriormente, a "encontrar" nuevamente una persona con la que repetirla.

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