domingo, 27 de febrero de 2011

Los mecanismos de defensa. Última parte del Artículo "Miedos al cambio".





Situaciones inconclusas, repetidas y viejas conocidas.
                                                                       

Finalmente vamos a dirigirnos a conocer esos MECANISMOS DE DEFENSA de los que tanto hemos hablado, que en sí no son ni adaptativos ni desadaptativos, sino que este carácter (uno u otro) dependerán de que se manifiesten de forma puntual en el sujeto o que sea una forma de afrontamiento automatizada de la personalidad de la persona, ante situaciones "conflictivas" en su historia. Es decir, sirven si son adaptativas de forma espontánea en situaciones que lo puedan requerir, y son desadaptativos cuando se convierten en formas de funcionar rigidificadas que no permiten un ajuste creativo antes viejas situaciones o nuevas situaciones que requieren una resolución por parte del sujeto en interacción con su campo (en el campo organismo-entorno de la persona). Siendo en ambos casos amortiguadores psicológicos del malestar del ser humano, aunque en unos casos usados de una forma más consciente (y adaptativa) y en otros de forma automática, no consciente (en gestalt diríamos que no está en la consciencia)  y rigidificada (o desadaptativa).

Veamos pues, el final del Artículo publicado en la Revista Cuerpo Mente, Nº 72, por Aurora Morera Vega, hablando de dichos mecanismos de defensa. Artículo en los que no nombra otros mecanismos de defensa menos conocidos, como el egotismo, entre otros, y sin embargo también muy importante en la Vertiente Francesa del Instituto Francés de Terapia Gestalt en el que está formada Mar García Bernabeu, psicóloga y psicoterapeuta de Centro de Psicología Gestalt):

“Amortiguadores” psicológicos
El principal obstáculo para el autoconocimiento se encuentra en la presencia de los mecanismos de defensa, que nos ciegan a las fuerzas que funcionan en nuestra personalidad. Recurrimos a diferentes sistemas y combinaciones, que comparten dos características: deforman la realidad para hacerla menos amenazadora y son inconscientes. Algunos de los que solemos usar son los siguientes:


Represión
Mediante la represión intentamos rechazar o mantener en el inconsciente pensamientos, imágenes o recuerdos vinculados a deseos o experiencias que son inaceptables para la conciencia. El conflicto reprimido tiende a aflorar a la conciencia mediante los sueños, los lapsus, los chistes, el olvido.

Negación
A veces vemos o formulamos nuestros deseos, ideas o sentimientos hasta entonces reprimidos y negamos que nos pertenezcan: ¡no puede ser! ¡eso no soy yo! ¡eso no me puede estar pasando a mí!

Introyección
Mediante la introyección incorporamos patrones, actitudes o modos de actuar de nuestros padres, cultura o medio. Nos “tragamos” estos patrones sin que haya conciencia ni asimilación. Es un proceso complejo, no una simple imitación.

Proyección
Es la tendencia a hacer responsable a otros o al ambiente lo que se origina en sí mismo. El sujeto localiza en el otro pensamientos o deseos que no reconoce o que rechaza de sí mismo. La paranoia es un caso extremo de proyección, donde existen también una gran cantidad de introyecciones.

Retroflexión
Perls habla también de este mecanismo que literalmente significa “volverse atrás intensamente en con-tra”. El retroflector se hace a sí mismo lo que le gustaría hacer a otros pero no se atreve. Deja de dirigir sus energías hacia fuera en un intento de manipular y llevar a cabo cambios en el ambiente que le satis-farán sus necesidades; mas bien, reorienta su actividad hacia adentro y se sustituye a sí mismo por el ambiente. Con frecuencia llega a constituirse el peor enemigo de sí mismo.

Racionalización
La fábula de Esopo acerca de la zorra que no podía alcanzar las uvas de una parra, por lo que concluyó que era probable que estuvieran verdes, es un ejemplo clásico de racionalización. El sujeto trata de dar una explicación coherente, lógica, moralmente aceptable a un sentimiento que no puede de aceptar. Ejemplos de racionalización son las frases tales como “Nadie puede luchar contra su destino” “no se puede estar en todo”...

Regresión
Volvemos a etapas anteriores del desarrollo, aparentemente más seguras y menos complejas, en un esfuerzo por retornar a un estado en el que había menos ansiedad. Dormir es el mejor ejemplo de regresión a una conducta infantil, el más antiguo de los recursos para evitar la ansiedad del cambio. El soñar despierto es también una de las regresiones más comunes, utilizada por la mayoría de las personas.

Confluencia
Perls habla de este mecanismo que ocurre cuando no hay límites entre la persona y su ambiente, como sucede con el niño recién nacido. La persona en la cual la confluencia es un estado patológico no nos puede decir qué es ella y lo que son los demás. No hay límites, por lo que tampoco hay contacto ni retirada. En verdad, no puede contactar ni consigo mismo. En la confluencia, se exige similitud y se niegan las diferencias y la tolerancia.




2 comentarios :

  1. me gustaria saber sobre la enuresis, como se ayuda a una niña de tres años.que inicio bien,luego de la separacion de sus padres,, hecho para atras,inclusive en lenguaje,,que hacer

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    Respuestas
    1. Hola Lectora:

      En primer lugar he de decirle que desde la Terapia Gestalt no proporcionamos “recetas” de qué hay que hacer en supuestos determinados “casos” de intervención. Sino que nos centramos en el campo organismo-entorno del paciente-cliente, en su caso lo sería su hija, pero también la pareja de padres y la unidad familiar. Es decir, sería necesario realizar una evaluación psicodiagnóstica a estos tres niveles: en su hija, evaluando de forma holística o unitaria su desarrollo y posibles problemáticas (entre ellas en las áreas lingüístico, físico, psicológica y emocional, escolar, familiar, social), antes de buscar realizar cualquier intervención psicoterapéutica, en caso de detectarse su necesidad.
      Esto debería realizarlo un Psicólogo experto en Psicología Infantil, formado desde una orientación que tuviera en cuenta los diferentes sistemas del niño (como le decía) en la intervención con el menor.

      Dicho lo anterior, quisiera hacerle una serie de reflexiones:

      Su niña está en un período de posible integración escolar que puede estar suponiendo una etapa de cambio importante a considerar en su desarrollo.

      Como una formadora muy admirada por mí, referente en Psicoterapia Gestalt Infantil y Adolescente, en España y Perú, nos decía: “lo que el niño no llora, puede llorarlo a través del pís”, me gusta recordar a los padres con niños de enuresis, que detrás de ésta puede haber muchas lágrimas no expresadas, y que es básico, imprescindible, escuchar a su hijo/a de una forma abierta, permitiéndole expresar todo su rango de emociones (desde tristeza, sentimientos de posible culpa por la ruptura de sus padres cuando son pequeños especialmente, rabia…), sea a través del habla, de dibujos, de juegos familiares con ellos…, que puedan verbalizar posibles miedos.

      Es importante también no criticar al otro padre, no favorecer lealtades insanas que impidan la verbalización de “secretos” por parte del niño sobre uno de los padres, estar presentes para contenerlos.

      A veces “refugiarse” (para poder afrontar su dolor emocional) en etapas infantiles previas en las que el niño se sentía más seguro, atrae el cuidado que estos niños necesitan, de unos padres que están separados, y que el niño necesita verlos unidos como padres (no como pareja), en su cuidado y crianza, incluso en ocasiones acercando así a la pareja de papás, que vuelven a unirse para atender amorosamente a un hijo/a que les está necesitando. Estas regresiones son adaptaciones que el niño hace, porque son su mejor forma de hacer en ese momento, con la situación que está viviendo en los diferentes niveles de su vida (personal y familiar), en busca de adaptarse a los cambios que está viviendo. En este aspecto es imprescindible un psicoterapeuta infantil que pueda evaluar e intervenir, informando primero de la evaluación, trabajando con el pequeño, pero también con los padres, a nivel emocional, psicológico, y de posibles pautas a seguir para acompañar la evolución de su hijo/a. No sólo necesitan acompañamiento los niños, sino también los padres de niños que realizan intervención psicoterapéutica.

      Es importante potenciar la expresión del niño, a través de medios alternativos que no sean el lenguaje verbal, en el que la pequeña pueda expresar de otra forma su sentir, todo lo que está viviendo a nivel interno en su mundo emocional, lo que no está expresando oralmente. Tener paciencia y explicarle (adaptado a su nivel evolutivo) las veces que sea necesaria la separación de los padres, como pareja, pero que seguirán siendo sus papás y que estarán unidos en su cuidado, mostrarle mucho amor y afecto.


      Espero puedan servirle estas indicaciones "genéricas" que le nombro.

      Recibe un saludo de mi parte.

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