Los motivos pueden ser variados, diferenciando así tres grandes grupos:
---Motivos psicológicos o emocionales: tensión nerviosa, conflicto en algún área de la vida (sea dificultades a nivel social, de pareja, de rendimiento escolar o laboral, perdida de trabajo, problemas económicos), la necesidad de tomar alguna decisión, ansiedad general, estrés, días previos a un exámen o viaje, etc.
---Consecuencias de enfermedades médicas (reumáticas, endocrinológicas, respiratorias, digestivas, neurológicas, psiquiátricas y/o urológicas, entre otras). Por ejemplo, la apnea de sueño, que es una consecuencia a nivel respiratorio, se caracteriza por episodios recurrentes de disminución del paso del aire durante el dormir, provocando un descenso de oxigeno, como consecuencia de una alteración anatómico-funcional de la vía aérea superior. Genera micro despertares que dan lugar a un sueño superficial, no reparador y fragmentado, con somnolencia diurna excesiva. Esta puede ser causada por insuficiencia respiratoria y como consecuencia de obesidad.
---Consumo de ciertos medicamentos o sustancias.
Es importante diagnosticar correctamente la causa del trastorno de sueño para poder decidir una intervención adecuada.
Nota: Desde Centro de Psicología Gestalt queremos resaltar que la persona es una unidad indisoluble, entre cuerpo y mente, entre organismo y entorno, de modo que esta es una separación que nos es útil a modo de comprensión o pedagógico, sin embargo, cualquier aspecto que este dentro de cada organismo-entorno, en su campo, podrá influir a la persona y retroalimentar su insomnio y malestar, más allá de una terminología de causa-efecto.
Os dejo ya con el enlace del artículo periodístico:
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