miércoles, 6 de junio de 2012

Aprende con los obstáculos





                                   "Si cambias de perspectiva, puede ayudarte a  encontrar una
                              nueva forma de hacer, una nueva solución, una salida a tu dificultad"



    En esta entrada, retomando el tema del anterior post, quiero contaros un cuento (más abajo), que habla del valor del esfuerzo, de cómo una persona aprende con los obstáculos que encuentra en su vida, si busca la forma de afrontarlos, en lugar de negarlos, huir de ellos o hacer trampa para eliminarlos. Es decir, del para qué nos sirven los retos y los obstáculos en la vida de cada uno.

Incluso, enlazando con la entrada titulada "El Poder de la Educación", podemos hablar de la importancia de no ayanarles, innecesariamente, el camino a los niños/as, para que aprendan a vivir dentro de una "línea de realidad", no en un mundo de protección, "aséptico", en el que no les pueda pasar "nada" mientras estemos a su lado para protegerles (o sobreprotegerles).
En lugar de ello, las dificultades, los retos, los obstáculos, que ayudemos a superar a nuestro hijo/a, alumno/a, nieto/a, sobrino/a o niño con el que nos relacionemos, resaltándole sus recursos, ayudándole a potenciarlos, trabajando con ellos sus debilidades y fortaleciéndolas, se convertirán en un recurso de aprendizaje, con el que irá contando a lo largo de su vida infantil, adolescente, como adulto e incluso en su vejez. Esto sí que le ayudará a conquistar su felicidad, no así el que otros factores que potenciarían su creencia de que "no puede hacerlo por sí mismo":
 * se lo demos todo hecho,
 * o que le facilitemos cada cosa que le cuesta, enseguida, sin dejarle que siga probando una vez más,
 * o el vivir sin tener que luchar y eliminando las frustraciones de su camino vital.
Es decir, la sobreprotección no ayuda a crecer, frente a lo que sí potencia el crecimiento de un niño:
 * potenciarle su esfuerzo,
 * ayudarle a creer en sus posibilidades,
 * apoyarle a que experimente con cosas que estén a su alcance, sin miedo a equivocarse (sin identificar error a fracaso),
 * el sostén emocional para afrontar los retos o las dificultades como una posibilidad de superarse y las caídas cuando las haya, de forma que pueda levantarse y continuar con su camino.


Os dejo con el CUENTO SUFÍ del que os hablaba, deseándote que encuentres "tu propia moraleja" a las dificultades en tu vida:


Oí una parábola antigua. Y debe ser muy antigua, poque en aquellos días Díos acostumbraba a vivir en la tierra. Un día, un viejo campesino fue a verlo y le dijo: "Mira, tú debes ser Dios y debes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte: no eres un campesino. No conoces ni siquiera el ABC de la agricultura, tienes algo que aprender".

Dios dijo: "¿Cuál es tu consejo?".

El granjero contestó: "Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo creo y veamos qué pasa. La pobreza no existirá más".

Dios aceptó y le concedió al campesino un año. Naturalmente, pidió lo mejor y sólo lo mejor: ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano. Todo fue confortable, cómodo, y él era muy feliz. El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol, había sol; cuando quería lluvia, había tanta lluvia como hiciera falta. Ese año todo fue perfecto, matemáticamente perfecto.

El trigo crecía tan alto que el campesino fue a ver a Dios y le dijo: "¡Mira!. Este año tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en diez años, aun así tendremos comida suficiente".

Pero cuando se recogió la cosecha, los granos estaban vacíos. El granjero se sorprendió. Le preguntó a Dios: "¿Qué error hubo?, ¿Qué pasó?".

Dios dijo: "Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tú evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió más impotente. Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma del trigo".

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